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La Busqueda de Interlocutor (Narrativas Hispanicas) (Spanish Edition) by Carmen Martin Gaite

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La primera recopilación de ensayos de Carmen Martín Gaite ―que se ofrece aquí en su versión completa y definitiva� se ha consolidado con el tiempo como uno de sus títulos más representativos. La búsqueda de interlocutor resume esa imperiosa actitud existencial que la llevó siempre a querer salir de sí misma y a confrontarse con el otro para dirigirle un mensaje ávido de respuesta, y que se convertiría en una preocupación central de su obra narrativa.Estos textos, de distinta extensión y variados también en la forma y los asuntos que tratan ―la muerte de Ignacio Aldecoa, la angustia del palaciego Macanaz, el continuo quejarse de los españoles, la influencia de la publicidad en la mujer, las diferencias entre hablar y escribir, el folclore de la posguerra, semblanzas de autores como Fernando Quiñones o Medardo Fraile�, tienen especial valor para apreciar más a fondo las novelas de la autora salmantina, pero encierran además observaciones esenciales sobre la necesidad humana de contar y escuchar, siempre amenazada por el exacerbado individualismo de la sociedad moderna.

Mass Market Paperback

First published October 1, 1973

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About the author

Carmen Martín Gaite

122books373followers
Carmen Martín Gaite (Salamanca 1925-Madrid 2000) se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, donde conoció a Ignacio Aldecoa y a Agustín García Calvo. En esa universidad tuvo además su primer contacto con el teatro participando como actriz en varias obras.
Se trasladó a Madrid en 1950 y se doctoró en la Universidad de Madrid con la tesis Usos amorosos del XVIII en España. Ignacio Aldecoa, cuya obra estudiaría posteriormente, la introdujo en su círculo literario, donde conoció a Josefina Aldecoa, Alfonso Sastre, Juan Benet, Medardo Fraile, Jesús Fernández Santos y Rafael Sánchez Ferlosio, con quien se casó en 1954. De esta manera se incluyó en la que sería conocida como la Generación del 55 o Generación de la Posguerra.
Escribió su primer cuento, Un día de libertad, en 1953, aunque confiesa escribir desde los 8 años. Comienza su carrera literaria con El balneario obteniendo en 1955 uno de los premios literarios de mayor prestigio en España, el Café Gijón.
Tres años después obtiene el Premio Nadal por su obra Entre visillos. Escribe dos obras de teatro, el monólogo A palo seco en 1957, que fue representado en 1987, y La hermana pequeña en 1959, rescatada en 1998 por el director de teatro Ángel García Moreno y estrenada el 19 de enero de 1999 en Madrid.
Durante la década de los sesenta continúa cultivando la narrativa, con obras como Las ataduras (1960) o Ritmo lento (1963), pero es en los setenta cuando vemos la versatilidad de Martín Gaite. Publica sus dos ensayos sobre el proceso contra Macanaz además de su tesis, recopila su poesía en A rachas (1976), y la novela ٲí, sale a la luz en 1974. También a esta década debemos su primera recopilación de relatos, Cuentos completos. Su faceta periodística se caracteriza por su etapa de redactora en los comienzos de Diario 16.
Su matrimonio con Rafael Sánchez Ferlosio duró unos años antes de acabar en separación, en los cuales tuvieron una hija, Marta, a quien dedicó el cuento La reina de las nieves. Falleció antes que ella. Entre otros logros, Martín Gaite destaca por haber sido la primera mujer a la que se le concede el Premio Nacional de Literatura con El cuarto de atrás en 1978, y por haber ganado en 1994 el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra.
Fue una de las personas más y mejor premiadas del mundo de la literatura; obtuvo el Príncipe de Asturias en 1988 compartido con el poeta gallego José Ángel Valente [1929-2000], el Premio Acebo de Honor en 1988 como reconocimiento a toda su obra, el Premio Castilla y León de las Letras en 1992, Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes en 1997, Pluma de Plata del Círculo de la Escritura otorgada en junio de 1999 y cuya ceremonia fue retransmitida por videoconferencia a través de Internet, algo sin precedentes, hasta aquel momento, en el mundo literario. Con su ensayo Usos amorosos de la posguerra española recibió en 1987 el Premio Anagrama de Ensayo y el Libro de Oro de los libreros españoles. Esta obra dispara sus ventas, y desde entonces las obras de Carmen Martín Gaite están siempre entre las más vendidas en España, siendo espectacular su éxito en la Feria del libro de Madrid, donde solía ser su obra de cada temporada la más vendida de la feria.
Cultivó también la crítica literaria y la traducción destacando en autores como Gustave Flaubert [1821-1880], Rainer Maria Rilke [1875-1926] y Emily Brönte [1818-1848]; colaboró, asimismo, en los guiones de series para Televisión Española como Santa Teresa de Jesús (1982) y Celia (1989), serie basada en los famosos cuentos de la escritora madrileña Elena Fortún (1886-1952).
Publica dos enormes éxitos de crítica y público, Lo raro es vivir en 1997 e Irse de casa en 1998, y en 1999 se publica

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Profile Image for elvira.
241 reviews84 followers
March 17, 2025
esta señora lo hacía todo bn. no es serio esto ya
Profile Image for marcos_.02.
136 reviews7 followers
March 21, 2025
de una lucidez tan bella y certera la Gaite siempre

“partiendo de la base de que cualquier relación, por breve que sea, si es humana y no maquinal, ha de crear conflictos y ataduras, es claro que el que no se comprometa y viva escurriendo perpetuamente el bulto ni recibirá nada ni dejará raíces en nadie, y para eso más le valdría vivir solo y aceptar esa soledad sin más sucedáneos, hacerle cara en serio de una vez. que no es tan fácil�
Profile Image for Luisa.
268 reviews43 followers
February 19, 2023
FASCINANTE. Entiendo que no es lo ortodoxo, empezar a leer a Carmen Martín Gaite por un libro de ensayo, pero me da igual. Qué estilo más elegante, de intelectual hispánica total, bastante decimonónico con las frases tan largas pero a la vez muy de su tiempo, muy siglo XX, con preocupaciones muy lícitas. Está formado por varios artículos así que los voy a reseñar uno a uno:

Los malos espejos: Este artículo ya empieza precioso. Es que de verdad, el ritmo narrativo encandila. Dice así:
Cuando yo era niña, recuerdo haberme sentido muy fascinada por un recurso literario común a varias de las historias de amor primeras que leí, bien procedentes del campo de la novela rosa (aquella colección en rústica desde cuya portada solía mirarnos, por una cincuenta, cierta extraña mujer de boquita pequeña, ojos perdidos en la lejanía y sombrero calado hasta las cejas), bien de unos folletines decimonónicos con olor a humedad que habían alimentado también sueños juveniles de mi madre y se guardaban en los armarios de una casa donde veraneábamos, en Galicia.

Este recurso literario, inadvertido entonces para mí como tal artificio, consistía en el despliegue de ciertos elementos constantes y más o menos análogos, encaminados a rodear de un clima de excepcionalidad el encuentro de los protagonistas, es decir, el momento en que pasaban de ser desconocidos a conocerse aquel hombre y aquella mujer que el autor, mediante una amañada y anterior atención a sus ademanes y rasgos, ya nos había venido señalando tácitamente como destinados a amarse contra viento y marea a través del hojaldre de vicisitudes y malentendidos que habían de disolverse en el capítulo final. El hecho de que, al cabo de los años, la urdimbre de todas aquellas historias, devoradas en siestas veraniegas y en noches invernales, forme un conglomerado irrelevante del que solamente consiguen destacarse con sorprendente nitidez muchas de estas escenas iniciales del encuentro, no puedo atribuirlo a mayor maestría literaria por parte del autor en el tratamiento de estos fragmentos salvados del olvido, ya que, si bien se piensa, no eran menos convencionales que el resto del argumento, sino más bien al contrario. A solas, casi siempre de noche o al atardecer y mediante una irrupción inesperada o violenta, cuya justificación no siempre era satisfactoria, el autor colocaba frente a frente por vez primera aquellos jóvenes desconocidos en el seno de un decorado natural cuyas cintas de grandiosidad solían cargarse recurriendo a una gama de imágenes tópicas que tocaban a veces lo grotesco. Y, sin embargo, hoy pienso que aquel ritual tenía cierto sentido: el de enmarcar el encuentro, acentuándolo como acontecimiento en sí y, por supuesto, el primordial de toda la novela. Comprendo, en suma, que con aquellas solemnidades descriptivas se estaba festejando el nacimiento de una esperanza tan arraigada en el alma humana que su renovación, por pobremente que se encienda, una y mil veces ha de hallar eco en todas las conciencias: la de que un ser pueda ser conocido y abarcado por otro con quien se enfrenta por vez primera. (Esperanza tergiversada, defraudada incumplida en general de modo irremediable a lo largo de tiempos y de historias, pero resurgida perennemente al más tenue calor que la propicie.) Y esta esperanza resplandecía allí, nimbando la escena inicial del encuentro, aunque sus posibilidades se perdieran después enterradas en el discurrir de la anodina historia donde nadie llegaba a conocer a nadie, desorientados los propios protagonistas de su búsqueda inicial bajo la pulverización de aquella anestesia sonrosada, uniforme y empalagosa con que los rociaba el autor a través de páginas y páginas hasta apagar en cada uno de ellos cualquier conato de curiosidad por el otro, hasta marearlos y entontecerlos.
Y después de varias consideraciones sobre la necesidad de un espejo, cierra el artículo un párrafo mostrando su tesis:
Y solamente aquellos ojos que se aventuraran a mirarnos partiendo de cero, sin leernos por el resumen de nuestro anecdotario personal, nos podrían inventar y recompensar a cada instante, nos liberarían de la cadena de la representación habitual, nos otorgarían esa posibilidad de ser por la que suspiramos.
La búsqueda de interlocutor: sobre que la literatura es juego y diálogo. El momento más brillante:
Y con esto creo llegado el momento de aventurar una suposición que para mí tiene muchos visos de evidencia: la de que nunca habría existido invención literaria alguna si los hombres, saciados totalmente en su sede de comunicación, no hubieran llegado a conocer, en la soledad, el acuciante deseo de romperla.
Un aviso: ha muerto Ignacio Aldecoa: me veo incapaz de resumir una memoria tan personal de un amigo, pero solo apunto que me encanta cómo muestra el falso dilema de la cultura popular y la "alta" cultura. Es un fragmento tiernísimo, me tuvo en suspensión. En estos retratos personales se incluyen también los posteriores artículos Mi encuentro con Antoniorrobles y Conversaciones con Gustavo Fabra.

En el centenario de don Melchor de Macanaz y Tres siglos de quejas de los españoles sobre los españoles: No os voy a mentir, estos los leí en diagonal. Carmen tiene algo de lo que yo carezco y es un interés profundo por la historia de España (muy hispánica ella).

Las trampas de lo inefable: de cómo el diálogo se desgasta.
(...) cualquiera podrá recordar algún poema, canción o trozo de prosa (que en todas las épocas y países ha habido) cuyo tema sea el de la rebeldía del hombre frente a la palabra, o bien luchando contra sus estrecheces de mejor o peor fe, o bien renegando de ella, es decir, considerando que la palabra traiciona y tergiversa la esencia de lo inefable.

Lo que sí me parece, en cambio, peculiar de nuestro tiempo es que ese fenómeno simultánee su vigencia con un recrudecimiento exasperado del prurito por comunicarse con los demás. En ello estriba la gran falacia y contradicción de los debates en torno al asunto. El tipo —tan común en otras épocas como raro en la nuestra� del misántropo que, desengañado de las palabras o harto de sus rigores, se retiraba en total soledad y ensimismamiento a rumiar lo inefable, respondía un proceso coherente; pues, si bien desesperaba del logos, no dejaba de estar reconociendo con su actitud, por otra parte, que al haberle fallado ese instrumento, ningún otro podría abrirle camino hacia posibles interlocutores, y ese convencimiento era la razón fundamental de su deserción.

Hoy, en cambio, nadie se retira en soledad ni a rumiar lo inefable ni a rumiar nada de nada. Se exige perentoriamente un ademán de perpetuo intercambio, de estar pasándole algo a otro, al que sea, al primero que se tenga al lado, igual da; y algo que tampoco importa lo que sea ni interesa analizar o definir. La cuestión es mantener esa ficción de diálogo, de comunicación, de intercambio entre los hombres.
Sobre lo atrofiado de la queja, habla más adelante en un tono un poco más manido en Quejosos y quejicosos

Recetas contra la prisa: el título se explica solo. Interpreta el "vísteme despacio que tengo prisa", habla de que hay que estar siempre alerta si queremos escapar de la prisa, siempre al acecho, y de que los niños están libres de prisa, que nos fijemos en ellos, en cómo hacen una cosa cada vez para aprenderla.

Personalidad y libertad: este fue uno de los que menos me gustó. Habla en definitiva sobre cómo no es aconsejable modular nuestra personalidad solo por mostrarnos a los demás "más libres" o algo así.

Aquí empieza una serie de artículos feministas:
- La influencia de la publicidad en las mujeres: en resumen, súper nociva, capitalización del movimiento feminista cuando no hace más que añadir cadenas nosequé
- Las mujeres liberadas: sobre las mujeres divorciadas. Ella misma estaba divorciada de Sánchez Ferlosio pero es una crítica bastante dura a las mujeres que se creen liberadas por haberse liberado del matrimonio cuando la realidad es que no saben vivir solas. Es que de verdad, menuda reina eres Carmen, lo dices todo alto y clarito.
- De Madame Bovary a Marilyn Monroe: un paralelismo curiosísimo entre las dos!!! Unidas por su muerte abrupta, y aunque en apariencia muy distintas (Emma retraída, Marilyn muy vivaz y portadora de todos los excesos y amantes que Emma soñaba), sufrientes de la misma pena.
- La enfermedad del orden: aunque no diga explícitamente que va para muchas mujeres, va para muchas mujeres (las obsesionadas con el orden y que hacen del orden un fin en sí mismo, a lo que Carmen dice NO, el orden es un medio para tener la mente clara pero no debería obsesionar a nadie no escondáis vuestros traumas en el orden de la casa !!!)
- Contagios de actualidad: crítica a ser una mujer completamente oprimida por querer frenar el envejecimiento y "seguir gustándole físicamente a tu marido a pesar de la edad" wtf
- Cuarto a espaldas sobre las coplas de posguerra: beef a Vázquez Montalbán. Hace un libro de coplas en plan sociólogo cuando parece que no ha escuchado coplas de Conchita Piquer en su vida, y ella, como mujer, que es bien experta en la materia, le puntualiza no pocas transcripciones e interpretaciones.

Cierra el repertorio Ponerse a leer, una poética breve muy personal sobre la lectura. Carmen, cuantísimo me gusta tu escribir, eres mi ídola absoluta.
Profile Image for Ant (Tistrya).
143 reviews4 followers
July 14, 2022
Todo lo que sale de la cabeza de esta señora me encanta y me enfada a partes iguales.
Profile Image for Inés  Belmonte Amorós.
69 reviews2 followers
January 19, 2025
Me ha interesado especialmente toda la cuestión del análisis del proceso comunicativo: el oyente/lector ideal, los "malos espejos", la elaboración narrativa de la memoria, el poder de una buena conversación entre amigues... Me interesa el equilibrio, en su escritura ensayística, entre una disección analítica y una impronta subjetiva, íntima, en su discurso.
Profile Image for Vicente Núñez.
49 reviews
Read
March 26, 2025
No sabía que era una antología. Como era de esperar, ha habido textos que me han gustado mucho y otros que no tanto. Pero leer a esta mujer es siempre una experiencia preciosa, aunque más lo habría sido haberla conocido y tenerla de compañera, de interlocutora perfecta, qué lista e interesante. Nada más terminar el libro me he comprado El Quijote por Wallapop.
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