En este libro, más una colección artística que un cómic, el autor nos propone un juego sugerente: presenta un conjunto de 300 dibujos independientes, cada uno consistente en un portal (o una puerta, o un conjunto de ellas) con particularidades, elementos ajenos, o contexto evocador, acompañado de un título abstracto. El resultado de aunar mentalmente los conceptos del título y la imagen puede ser muy estimulante. La innovación o extravagancia varía bastante entre dibujos, siendo algunos sencillas impresiones de puertas que pueden perfectamente existir en algún pueblo, y otros verdaderas metáforas conceptuales.
Mediante esta técnica el autor proporciona varios juegos distintos: algunos portales a otros mundos en el sentido amplio (como un libro o un puerto); combinaciones interesantes de localización, puerta, jambas, dintel, cerradura, paredes anexas, umbral, y personas que lo traspasan, junto con un título que describa la idea a posteriori; y el juego inverso, en el que el autor trata de plasmar de manera creativa un título abstracto previamente fijado (por ejemplo, "la asfixia") mediante el uso de las puertas. Este último tipo es el más frecuente con diferencia.
El dibujo es sencillo, en blanco y negro (carboncillo) con unos pocos trazos magistrales en la mayoría de dibujos. La reproducción de las ilustraciones en el libro es demasiado pequeña, me habría gustado que las hubieran ampliado más y dejado menos espacio en blanco en cada página.
El resultado me ha parecido un ejercicio interesante aunque no memorable: si las puertas hubieran sido más espectaculares en su dibujo o su concepto, y hubiera habido más diversidad en la temática, me habría podido parecer una obra maestra. Tal y como es, no siento la necesidad de revisitarlo en el futuro.