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427 pages, Kindle Edition
First published January 1, 1865
"Se o homem pudesse achar um estado em que, sendo ocioso, se sentisse útil e ciente do dever cumprido, acharia uma das facetas da felicidade primitiva."
"Alpatich salió a la calle; dos hombres corrían en dirección al puente. Por todos lados se oían silbidos, explosiones, y estallidos de granadas que caían sobre la ciudad. Pero esto no llamaba casi la atención de los habitantes en comparación con el cañoneo de las afueras. Era el cañoneo de la ciudad de Smolensk, que Napoleón había ordenado iniciar a las cinco con ciento treinta piezas. Al principio, el pueblo no comprendió el significado de aquello. Las granadas y los proyectiles no hicieron más que excitar la curiosidad."
"Tanto en la población como más allá, se encontraban tropas por todas partes. Por doquier se veían cosacos, soldados de infantería y de caballería, furgones, armones y piezas de artillería. Pierre se apresuró a seguir hacia adelante, y a medida que se alejaba de Moscú, se sumergía más en aquel mar de tropas y se sentía más invadido por una extraña inquietud y por un sentimiento de alegría, desconocido para él. Era un sentimiento parecido al que había experimentado en el palacio Slobodsky a la llegada del emperador: la necesidad de emprender y sacrificar algo. Experimentaba la agradable sensación de comprender que todo lo que constituye la felicidad de los hombres, las comodidades de la vida, las riquezas e incluso la vida misma era un absurdo que le agradaba rechazar en comparación con algo... Pierre no lograba darse cuenta, ni intentaba hacerlo, de por qué le satisfacía sacrificarlo todo. No le interesaba el porqué; era el sacrificio en sí el que le producía aquel sentimiento nuevo de alegría."
"Y ¿qué es la guerra? ¿Qué se necesita para tener éxito en las operaciones militares? ¿Cuáles son las costumbres de la sociedad militar? La finalidad de la guerra es el homicidio; sus instrumentos, el espionaje, la traición, la ruina de los habitantes, el saqueo y el robo para aprovisionar al ejército, el engaño y la mentira, llamadas astucias militares; las costumbres de la clase militar son la disciplina, el ocio, la ignorancia, la crueldad, el libertinaje y la borrachera, es decir, la falta de libertad."
"La guerra es la sumisión más difícil de la libertad del hombre a las leyes de Dios-decía aquella voz-. La sencillez es la obediencia a Dios; es imposible apartarse de Él. Ellos son sencillos. Ellos no hablan, sino que obran. La palabra pronunciada es de plata; la no pronunciada, de oro. El hombre no puede poseer nada mientras tema a la muerte. Todo pertenece a quien no la tema. Si no existiera el sufrimiento, el hombre no conocería límites para sí mismo, ni se conocería. Lo más difícil consiste en saber reunir en su propia alma el significado de todo -seguía pensando u oyendo Pierre en sueños-."
"El príncipe Andrey no sólo sabía que iba a morir, sino que se daba cuenta de que si iba muriendo poco a poco, que estaba ya medio muerto. Experimentaba el alejamiento de todo lo terreno y una sensación alegre y extraña de bienestar. Cuanto más se absorbía, durante las horas de soledad, sufrimiento y semidelirio que siguieron después, con el nuevo principio del amor eterno que le había sido revelado, tanto más renunciaba a la vida terrestre sin darse cuenta de ello."
“Todas las ilusiones de Pierre aspiraban en aquel momento a verse libre. Sin embargo, posteriormente, evocó y habló siempre con entusiasmo de aquel mes de cautiverio, de aquellas sensaciones intensas que no volverían y, sobre todo, de aquella serenidad de alma y de la plena libertad interior que había experimentado.�
“Su alma se sentía invadida por un agradable sentimiento de libertad, de esa libertad completa, innata al hombre y que no se le puede arrebatar, y que había experimentado por primera vez durante la etapa que hicieron al salir de Moscú. Le asombraba esa libertad interior, independiente de las circunstancias exteriores; parecía presentarse ahora sin exceso y acompañada además de la libertad externa� Ya no existía para él el problema de tener un objetivo en la vida, que tanto le atormentaba antaño y que había buscado con tanto ahínco. Y no era por casualidad, ni momentáneamente, sino que se daba cuenta de que ese objetivo no existía ni podía existir. Y a eso se debía precisamente aquella sensación agradable de completa libertad, de esa libertad que constituía su dicha.�
“En las ciencias experimentales llamamos leyes de la necesidad lo que nos es conocido; lo incognito lo llamamos fuerza vital. La fuerza vital no es más que la expresión del resto desconocido de cuanto conocemos de la esencia de la vida. Lo mismo ocurre en la Historia: lo que nos es conocido lo llamamos leyes de la necesidad, y lo que no, libertad. La libertad es para la Historia tan sólo la manifestación del resto desconocido de cuanto conocemos acerca de las leyes de la vida y del hombre.�
"Mr and Mrs Peacepartou... and their son, Warren Peacepartou!"(Some British people allegedly find this funny)