Born in Buenos Aires to Russian parents who had fled Europe and the Nazi Holocaust, Alejandra Pizarnik was destined for literary greatness as well as an early death. She died from an ostensibly self-administered overdose of barbiturates on 25 September 1972. A few words scribbled on a slate that same month, reiterating her desire to go nowhere "but to the bottom," sum up her lifelong aspiration as a human being and as a writer. The compulsion to head for the "bottom" or "abyss" points to her desire to surrender to nothingness in an ultimate experience of ecstasy and poetic fulfillment in which life and art would be fused, albeit at her own risk. "Ojal谩 pudiera vivir solamente en 茅xtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo" (If I could only live in nothing but ecstasy, making the body of the poem with my body).
Leo despacio. Cada noche unas hojas, solo las correspondientes a un d铆a o dos seg煤n sus anotaciones. Poco m谩s. Quiero que dure. Luego lo dejo al lado, en la mesita, y retengo la palma de la mano acarici谩ndola, y le digo: "aqu铆 te vas a quedar, conmigo, siempre."
Crec铆 leyendo diarios compulsivamente, pero qui茅n podr铆a soportar este libro a los 30, despu茅s de los incendios? Qu茅 dramatismo, qu茅 narcisismo... qu茅 intensa de mrd eres, Alejandra! Deja de escarbar en la herida, para de sufrir. Pero cuando tienes apenas 20 y una prescripci贸n de Prozac que romantizas porque se te ha secado el seso por leer demasiadas novelas, este es el libro que te prestas 50 veces de la biblioteca; el primero que te compras cuando comienzas a trabajar, el que tienes a la mano en tu mesita de noche; es el libro que no puede cerrarse bien porque est谩 repleto de stick notes con quotes para empapelar tu habitaci贸n, o escribir cartas en las que nombras una a una tus neurosis, y llamas a tus amigos solo por sus iniciales: S. no vino, me qued茅 dormida leyendo el libro que me prest贸; C. me espera, sabe que no ir茅; Estudiar, estudiar pero yo lo que quiero es partir... y otras barbaridades de drama queen...
Y nadie o casi nadie es amado de la manera en que yo lo deseo 鈥攅xceptuando algunos perros
o sea, do I need to justify myself any further?
Pero a qui茅n le importa? Hay pocos libros que le铆 con tanta sed y honestidad, y que adem谩s le铆 con las amigas que m谩s quise mientras traicion谩bamos nuestras lecturas obligatorias... quiz谩s por eso, no quiero releerlo. No solo me recuerda que fui infeliz innecesariamente, sino que adem谩s goc茅 mir谩ndome el ombligo por demasiados a帽os. Es precioso.
Alejandra Pizarnik, guiada por su mentor intelectual y literario, Kafka, decide escribir conscientemente estas notas, no como un resumen enumerado de su vida, sino como una gu铆a de su b煤squeda incesante de un lenguaje literario m谩s all谩 de lo po茅tico. Al mismo tiempo, reflexiona sobre su propio proceso evolutivo como autora y explora y se autoanaliza mentalmente. Su mente, a la larga, se convertir谩 en su infinita preocupaci贸n y su deterioro irremediable.
Leer este diario significa muchas cosas y, al mismo tiempo, una sola: literatura. Lo que s铆 est谩 claro es que, al cerrar la tapa una vez le铆do, no queda otro sentimiento m谩s que el abatimiento, el vac铆o y la desolaci贸n. Es el libro m谩s triste que he le铆do, pero siendo consecuente con la bipolaridad de la autora, tambi茅n es uno de los libros que m谩s literatura me ha dejado, lo cual me alegra.
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras; poemas. S贸lo t煤 haces de mi memoria una viajera fascinada, un fuego incesante. A.P.
Flora Alejandra Pizarnik no estaba sola, alguien temblaba a su lado, justo como lo traz贸 en un poema, alguien que escrib铆a con ese temor irrefutable de la locura, de conquistar su lenguaje. Y no le fue nada sencillo llegar a versos de amor cuando en su propia vida carec铆a de 茅l, o de lograr p谩ginas y p谩ginas manchadas de verdadera melancol铆a. Fue, tal vez, esa mezcla de honestidad, ensue帽o y disciplina lo que la convirti贸 en una de las grandes poetas latinoamericanas del siglo XX.
Pizarnik abandon贸 a Flora en la infancia y empez贸 a susurrarse 鈥淎lejandra, por nada del mundo quisiera estar en otra parte ni en otro ser鈥�. S贸lo ella sab铆a dejarse con tanto dolor a la prosa. El humo del cigarrillo la acompa帽aba y jugaba la rueda sobre su cabeza. El insomnio la pose铆a. La loca y la cuerda se peleaban en una sola mujer. Buenos Aires, donde naci贸 y creci贸, era su plaza de estudio.
驴Y qu茅 tal si el mundo la conociera m谩s all谩 de sus poemas y ensayos publicados? 驴Qu茅 nos dir铆a esa Alejandra desahogada en las p谩ginas de un diario que la acompa帽贸 durante 17 a帽os de los 36 que vivi贸?
S贸lo hasta hace un par de a帽os 20 cuadernos manuscritos y seis legajos de hojas mecanografiadas que conformaban su diario fueran publicados por la editorial Lumen. Seguro ten铆an que pasar muchos a帽os despu茅s de su muerte para que este pliego de quejas, de volar psicol贸gico, de b煤squeda de una prosa, fuera valorado sin juzgamientos.
Alejandra ten铆a 17 cuando empez贸 a escribir sus angustias, sus anhelos, sus 鈥榠nvisibilidades鈥�, como ella misma dec铆a. Seg煤n Ana Becciu, la editora de estos diarios, su importancia radica en que la poeta revela su m茅todo de escritura, siembra frases, im谩genes y palabras de las que nacer谩n sus primeros poemas. Estas hojas fueron, adem谩s, un espacio para edificar reglas morales, formas de vida, reflexiones literarias y revelar sus pesadillas. Lo surrealista empez贸 a definir su estilo.
Diarios pizarnik
Son pocos los autores latinoamericanos que se arriesgan a llevar un diario. Es, m谩s bien, una costumbre europea y norteamericana. La misma Pizarnik era lectora asidua de los diarios de Katherine Mansfield, Virginia Woolf y Franz Kafka, en los que vio un espejo de su miedo a dejar todo por hacer y la conciencia de su talento.
Tambi茅n hab铆a espacio para los peque帽os placeres: las violetas, mirar los barcos desde un puente por la noche, el lejano silbato del tren, el aroma seco del tabaco.
El amor tambi茅n la consum铆a. Se promet铆a con frecuencia no entregarse a 茅l so pena de perder tiempo que bien podr铆a usar en la lectura de l煤cidos autores o en su propia escritura. Sin embargo, confesaba, la noche no le perdonaba la soledad y la maldec铆a con un fuerte furor sexual.
Alejandra, la tartamuda, la criatura indefensa, vivi贸 en Par铆s entre 1960 y 1964, donde se hizo buena amiga de Julio Cort谩zar, Octavio Paz y Rosa Chacel. De hecho, a Cort谩zar le prometi贸 corregir Rayuela antes de su publicaci贸n, algo que nunca hizo. Pero el Cronopio Mayor la segu铆a queriendo y fue una voz de aliento en momentos en los que ella parec铆a despedirse prematuramente de la vida:
鈥淣o te quiero as铆, yo te quiero viva, burra (鈥�) y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cari帽o y la confianza 鈥搚 todo eso, carajo, est谩 del lado de la vida y no de la muerte-鈥�.
Fue 茅l quien la llam贸 鈥減asajera obstinada de la ausencia鈥� en un poema p贸stumo.
鈥淗e descubierto que cuando no estoy angustiada, no soy鈥�, parec铆a responderle Pizarnik. A ella le interesaba el reconocimiento. So帽aba con tener escritos p贸stumos colmando los kioscos de cada esquina de Buenos Aires. Se quer铆a muerta para ser admirada, para vivir en la inmortalidad de las palabras, por su anhelo de trascender, para curarse de la tristeza.
Ten铆a 36 a帽os, cientos de poemas rotos y una prol铆fica obra. El 25 de septiembre de 1972, en su apartamento de la calle Montevideo (Buenos Aires), se prepar贸 un coctel de barbit煤ricos, maquill贸 a sus mu帽ecas para la ocasi贸n y escribi贸 en una pizarra: 鈥渘o quiero ir m谩s que hasta el fondo鈥�.
La obsesi贸n por el lenguaje, el amor a la literatura, la obsesi贸n con la muerte, el miedo al paso del tiempo, el anhelo de la infancia y la adolescencia, el amor por la muerte, el deseo de escribir una novela, de ser amada, la imposibilidad de 芦encajar禄, la inestabilidad como una constante en su vida. Sus diarios est谩n llenos de 辫辞别蝉铆补.
Los diarios en s铆 son interesant铆simos, pero la edici贸n es muy pobre. No hay una introducci贸n que explicite v谩lidamente los criterios editoriales (lo cual ser铆a extremadamente necesario en este caso, dado que se sabe que la hermana de Alejandra impuso restricciones a la publicaci贸n del material); las escasas notas al pie no contribuyen a esclarecer los puntos oscuros; falta, notoriamente, informaci贸n y contexto sobre las numerosas personas (identificadas apenas con iniciales) y circunstancias que se describen; no hay ni siquiera una cronolog铆a de la vida de Alejandra; abundan los typos. No s茅 si vale la pena leer de esta manera, aunque Alejandra es tan interesante en sus diarios como en su 辫辞别蝉铆补.
鈥淵 voy a escribir d铆a y noche. Contra 茅l y contra el mundo y todo lo que me es hostil y espera o exige mi suicidio. Es tarde y no tengo d贸nde estar ni c贸mo irme y no tengo ni un amigo en este mundo. Por m谩s que me enga帽e 鈥攜 paso mi vida maldita en ello鈥� no puedo hacer nada por m铆 ni nadie puede. Digo lo de hace a帽os; El amor pudo haberme salvado. Y no me am贸 nadie y est谩 bien, digo que est谩 terminado y punto final. Ahora me sobrevivo鈥�.
Aventura de desdoblamientos. Lluvia de sangre. Lectura maldita. Verdadero ser en alma de poeta. Esto y mucho m谩s me ha implicado leer los diarios de pizarnik, tan personales e 铆ntimos los he sentido... s贸lo me queda abrazarla desde el cielo y seguir leyendo sus palabras, sus voces... 鉂わ笍鈥嶐煩�
"La verdad: trabajar para vivir es m谩s idiota aun que vivir. Me pregunto qui茅n invento la expresi贸n "ganarse la vida" como sin贸nimo de "trabajar". En d贸nde est谩 ese idiota" La verdad es que leer de forma tan expl铆cita las preocupaciones tan 铆ntimas de Pizarnik tuvo algo de pornogr谩fico.
"Que soledad tan sola e irremediable la m铆a. Es tarde ya para poblarla. He ido demasiado lejos en el juego de los espejos."
Sin duda una experiencia completa. Ligeramente frustrante el haber finalizado m谩s de mil p谩ginas de camino, con muchas citas anotadas en mi cuaderno, y no saber por cual piedrita empezar a comentar. Pero se hace el intento.
Alejandra fue una persona muy compleja, en ocasiones complicad铆sima. El deterioro constante de su salud mental la llev贸 al suicidio en el 72, cuando tenia apenas 36 a帽os. Sus diarios son una pieza literaria de mucho valor, en los cuales llevo registro de su vida por casi 20 a帽os. Si bien la edici贸n del libro deja mucho por desear (gran parte del contexto y puntos relevantes los adquir铆 en consultas externas), su contenido vale cada momento de los 3 meses que tard茅 consumi茅ndolo de a poco. Me queda curiosidad por el gran n煤mero de partes censuradas de sus escritos originales.
"La vida perdida para la literatura por culpa de la literatura. Por hacer de mi un personaje literario en la vida real fracaso en mi intento de hacer literatura con mi vida real, pues est谩 no existe: Es literatura."
Este es un libro supremamente triste, colmado de mucha neurosis y cataratas enteras de soledad y abatimiento. Como lo dec铆a ella: Se sent铆a como una extranjera en este mundo, sin un rinconcito propio y siempre rogando por un lugar en el cosmos que sent铆a nunca llegar铆a. Llena de miedo, secretamente impulsada por la aprobaci贸n recibida por las personas de su entorno; derribada con fuerza cuando el m谩s m铆nimo reproche se hacia presente. Al mismo tiempo, debido al abandono que sinti贸 en la infancia y la complica relaci贸n con sus padres, su sensaci贸n de orfandad la persigui贸 hasta los 煤ltimos a帽os de su vida.
"Todo lo que digo y hago es para afirmar una continuidad de mi ser, la existencia de un lenguaje y un pensamiento propios. Pero yo habito el miedo, yo estoy suspendida en el silencio..."
Paso toda su vida con un hambre despierta de conocimiento: De deseos de entender, formar opiniones propias, cautivar y leer mucho. Estuvo atra铆da y anclada desde el inicio al surrealismo y existencialismo, corrientes que le fascinaban y la cautivaban. Odiaba la estructura y lo t茅cnico, temas de los cuales se quejo mucho, pero que se dio en la tarea de dominar y comprender en su transcurso como escritora (con frutos visibles). Esto es algo que deseo resaltar, ya que a pesar de su talento con las letras, tiene un recorrido de escritora supremamente admirable, en el cual se encargo de pulir su estilo y perfeccionarlo con una pasi贸n y empe帽o que dejaba ver todo el inter茅s y amor (muchas veces obsesivo) que sent铆a por su vocaci贸n. Me es triste pensar que siempre tuvo una insatisfacci贸n literaria palpable, especialmente con la escritura en prosa. Sus conflictos con el lenguaje y la carencia de palabras existentes para expresar lo que quer铆a era motivo de constante martirio.
"Hable de mis tentativas literarias. Siempre las har茅, pero nunca llegaran al acto. No escribir茅 nunca nada bueno, pues no soy genial. No quiero ser talentosa, ni inteligente ni estudiosa. 隆Quiero ser un genio! 隆Pero no lo soy! 驴Entonces qu茅? Nada. Alejandra, 隆nada! Sigue juiciosa y reprimida como hasta ahora."
El amor me parece un tema important铆simo tratado muchas veces en este diario. En el fondo pienso que buscaba encontrar con alguien algo lo suficientemente excepcional para ser salvada de ella misma. Quer铆a ser amada de una manera descomunal, pero al mismo tiempo se cerraba de maneras muy diversas y extra帽as para encontrar siempre alguna raz贸n para terminar con su obsesi贸n. Le atra铆an las personas que le mostraban indiferencia; la repel铆an aquellas que le quer铆an de verdad. Lo se帽alaba como una necesidad de humillarse. Las p谩ginas est谩n llenas de m煤ltiples iniciales, no importa si eras B, D, C, M.J, M.L, F, L, S, G, E, A, O, S.O; nada nunca se concretaba exitosamente, siempre se sent铆a abandonada o exasperada por el sujeto de su afecto. Esto ella lo explica muy bien: "Solo el amor puro pudo haberme salvado. Pero, como siempre, yo no puedo amar ni, mucho menos, aceptar que me amen."
Fue una persona muy ego铆sta, narcisista y ensimismada debido a su enfermedad. Sufri贸 mucho y vivi贸 llena de dramatismo. Tanto psicoan谩lisis termin贸 de acabar con ella. Con los a帽os empieza a perder parte de su chispa de esperanza y se vuelve mas pesada y desgastante; se empieza a sentir perseguida, como que todo el mundo la injuria y la envidia, todo es un impedimento para no escribir y culpa al otro y sus malos deseos como el origen de todos sus males. Se hast铆a de todo y de todos, se empieza a rendir por completo. Fue en esos 煤ltimos a帽os de entradas en su diario que quise revivir a la Alejandra del 61-62, que se me hizo de lo m谩s entra帽able y fue con ella que cultive un cari帽o muy bello por su persona, a pesar de que difer铆amos en muchas cosas y cuando dejaba la literatura se me hacia insoportable por sus posturas cuestionables en otros temas externos a su amor por las letras.
"Cuando yo busco sufrir cometo un error pues se, de antemano, que no hay raz贸n para sufrir, quiero decir, que nada me alcanza profundamente. Por eso juego a sufrir y este juego es un sufrimiento doble: Se sufre y se sabe que es mentira"
Sin duda, Alejandra fue una escritora excepcional y el legado que deja con sus poemas es inmenso en cuanto a literatura latinoamericana del siglo XX. La quiero, pero que densa que era, como para sacudirla y decirle que vaya a tocar pasto un rato. Era graciosa y carism谩tica cuando no estaba quej谩ndose, que se le va a hacer. Disfrute a montones el proceso de lectura, me emocione genuinamente y lo devore con ese inter茅s e intensidad que se encuentra en pocos libros.
Nada agradezco m谩s que no haber sabido de la existencia de este diario en a帽os pasados, cheers! y rest in peace a lo que pude haber sido...
Agotador. Demasiada neurosis y baja autoestima, demasiada complacencia en el dolor, demasiado narcisismo. Unas ganas de decirle: "Para Alejandra! Deja de mirarte el ombligo y sal铆 al mundo a cumplir con el destino humano." Efectivamente, que est茅 viviendo en Par铆s o en Bs Aires, uno no ve la diferencia porque su entorno apenas existe en estos diarios. Destaco sin embargo algunas intuiciones interesantes y muy personales sobre sus lecturas y el relato de su decepci贸n al descubrir que Marguerite Duras, a quien conoce brevemente en Saint-Tropez, tiene una vida y una conversaci贸n sumamente convencionales.
驴C贸mo escribir lo que me cont贸 K. durante tantas horas? Cuando ley贸 un poema m铆o (muy doloroso) me dijo que se sinti贸 mejor, que mi poema fue como un b谩lsamo para ella, y yo pens茅 que tal vez la 辫辞别蝉铆补 sirve para esto, para que una noche lluviosa y helada alguien vea escrito en unas l铆neas su confusi贸n inenarrable y su dolor.
No apto para leer de corrido, puede generar una tristeza extrema. En peque帽as dosis es la mejor compa帽铆a, lo duro es que una vez abierto el libro no quieres parar de leer. As铆 que: 隆a llorar se dijo!, o 隆a desesperar se dijo!, es lo uno o lo otro con este libro.
Ahora dejo unos fragmentos que me recuerdan porque amo tanto este libro...
Probarse vidas ajenas como vestidos heredados. Haci茅ndolo para no ver la propia desnudez.
Ayer llor茅 mientras le铆a un reportaje de Fidel Castro. - Y si un hombre le pidiera la luna - le preguntaba Sartre. - Si un hombre pide la luna es porque tiene necesidad de ella.
Anhelos de viaje. No a la manera de antes que era huida. 隆No! No a la manera de C. Vallejo (A donde vaya habr谩 sed de correr). Tengo sed de belleza, sed de colores. De cielos limpios.
Anoche despu茅s de meses hice lo que odio: abolir el tiempo de una 煤nica manera bestial, emborracharme y fornicar ... si pudiera vivir siempre ebria, siempre haciendo el amor.
Releo 4 a帽os despu茅s, de mejor 谩nimo, las partes que hab铆a subrayado... me gustan mucho m谩s. Alejandra Pizarnik se hablaba a si misma con su escritura, yo me encontr茅 muchas veces en sus di谩logos, y ahora me comunico con mi yo de hace unos a帽os... este libro es todo un lenguaje de los solitarios.
Te quiero mucho Alejandra, gracias por darnos un medio de autocomunicaci贸n, por encontrar las palabras.
Qu茅 bien que est谩 esa frase de Heine: -Donde mueren las palabras... comienza la m煤sica-
Pienso en mi vida condensada en un eterno intento de escudri帽ar mi yo. Libros y m谩s libros, Hay momentos en que desaparece la esencia del libro, quedando solamente su rid铆culo cuerpecillo. Me veo entonces acariciando nebulosas hojas de papel y me pregunto si valen lo que una mirada humana. Me retuerzo en el interrogante axiol贸gico. Pero 隆no necesito respuesta! Continuo leyendo; paulatinamente, desaparece el f铆sico del libro. Me convierto en el recept谩culo de su alma. (隆Oh, amo los libros !).
驴Qu茅 tienen los viajes que producen tanta alegr铆a? Aun el m谩s breve sugiere algo a modo de renovaci贸n, o de muerte.
Del diario de Du Bois respecto de una definici贸n de Dostoievski: -un ser que durante toda su vida no vive, sino que no cesa de imaginarse a si mismo-. He aqu铆 Alejandra.
No quiero consignar mi estado mental. He hojeado las obras de Artaud y me contuve de gritar: describe muchas cosas que yo siento -en esencia: ese silencio amenazador, esa sensaci贸n de inexistencia, el vac铆o interno, la lucha por transmutar en lenguaje lo que s贸lo es ausencia o aullido-; y tambi茅n habla de los periodos de tartamudez: la lengua r铆gida, la asfixia. Y tambi茅n he hojeado un ensayo de Jung. Y tuve miedo de estar loca. Es m谩s: me desilusion茅. Porque si yo estoy loca, 驴por qu茅 hay este silencio en m铆, esta tensi贸n interrumpida ocasionalmente por la angustia, la ansiedad y el llanto?
Actuar sin destinatario mental o real. Sin finalidad. Sin para qu茅 ni porqu茅. Como cuando estoy ebria, exactamente como cuando ando ebria, sin tiempo, en un presente imaginario que no me importa. Sin causas ni efectos. Sin prudencia. Sin precauciones. No s茅 si desorden pero el orden no significar铆a nada. Esto deseo: salir por la puerta trasera de este s煤bito mundo adulto en el que me introduje a causa de mi c茅dula de identidad, del espejo y de los valores vigentes. Pues yo me niego, yo reh煤so, yo quiero jugar y jugarme.
Leer un solo libro. Trabajar un solo poema, un solo cuento. Ello es sin贸nimo de libertad. Desnudarse. Despojarse de la cantidad, de lo in煤til. Un solo amigo. Intensidad y no extensi贸n. He aqu铆 lo dif铆cil. Lo imposible. Mi desorden es atroz.
Una mujer rota, partida en dos, controlada por su madre que esperaba de ella, fuera una mu帽equita casable y "normal"y por otro lado, la sociedad, que cre铆a ser tan cosmopolita, pero en el fondo no lo era y no toleraba las diferencias, castigaba a este engendro que deseaba hacer cosas de hombre, que no se vest铆a como se帽orita, ni hac铆a aquello que era "lo esperable" a su estereotipo. Eso la desgarr贸, la volvi贸 un ente desesperado por una voz propia, un cuarto propio como dir铆a Virginia Woolf, pero en su mente, en su alma y que eso fuera aceptado, sin importar sexo o sexualidades. Sin embargo, nada parece convencerla que ella era perfecta, en su propia forma. A lo mejor, en el siglo XXI, habr铆a encajado mejor, habr铆a sido voz y rebeli贸n, pero en su 茅poca, siempre fue rara y dispersa, la muerte, que la obsesionaba, termina rond谩ndola y as铆, a medida que avanzan los a帽os, los diarios se acortan, en un grito de desesperaci贸n.
鈥淭anta tristeza. Pero hay sol. Pero hay un viento dulce. (El solo hecho de escribir esto demuestra que mi intento suicida es aparente. El anhelo de trascender persiste. Luego, vivo)鈥� !!!!!!
Dios m铆o nunca un libro me ha dolido tanto nunca una persona ha capturado tan a la perfecci贸n todo lo que pienso y siento (especialmente en el amor imposible. Dios M铆o) Pizarnik te llevo dentro de mi no s茅 c贸mo seguir viviendo no s茅 c贸mo seguir sintiendo!!!!!
鈥溍乺boles castrados (鈥�) 驴Por qu茅 no podr谩 sucedernos Lomismo? Florecer. Un golpe de hacha. Desnudez imp煤dica y digna. Espera. Nuevos brotes. Otro florecimiento. Y luego Lomismo y Lomismo. Es decir que anhelo un golpe de hacha que quiebre mis ramas actuales. Quedarme desnuda y esperar sonriente鈥�
鈥淭risteza y candor. Deseos de llorar como un ni帽o reci茅n nacido. Inmensa ternura por m铆. Ganas de hacerme peque帽a, sentarme en mi mano y cubrirme de besos鈥�
鈥淚mposible la plena comunicaci贸n humana. Los otros, siempre nos aceptan mutilados, jam谩s con la totalidad de nuestros vicios y virtudes鈥�
鈥淎hora s茅 que cada poema debe ser causado por un absoluto esc谩ndalo en la sangre. No se puede escribir con la imaginaci贸n sola o el intelecto solo; es menester que el sexo y la infancia y el coraz贸n y los grandes miedos y las ideas y la sed y de nuevo el miedo trabajen al un铆sono mientras yo me inclino hacia la hoja, mientras yo me despe帽o en el papel e intento nombrar y nombrarme鈥�
鈥淵o comprendo que solo por mi amor vivo, que solo el me enlaza a la vida. Reconozco que a ello debo mis horas m谩s intensas, m谩s fecundas emocionalmente, las que no poco hicieron por mis poemas. A mi amor debo casi todos mis estados de exaltaci贸n (鈥�) Pero es como la 辫辞别蝉铆补. Palabras, palabras鈥� El amor es otra cosa. Y no me importa que maltraten el m铆o ni que lo castiguen con la indiferencia m谩s extrema. Yo s茅 que es real, yo s茅 que existe y me duele m谩s que mi vida, o igual, porque es mi vida鈥� (Pizarnik y yo somos literalmente la misma persona todo pensamiento que he tenido es reminiscencia de uno suyo!!!!!)
鈥淓l mundo es horrible y mi vida no tiene, por ahora, ning煤n sentido. (No obstante, creo que nadie ama la vida m谩s que yo. Solo que entre mis sue帽os y mi acci贸n pasa un puente insalvable. He aqu铆 la causa de que yo deba desangrarme como un animal enfermo, detr谩s de la vida.)鈥�
鈥淪olo existo en el sufrimiento. De lo contrario, hay una ausencia鈥�
鈥淣ecesito un rostro en mi ser. Un rostro de un amado imposible. Con ese rostro dentro, la est煤pida Alejandra se quijotiza y es capaz de todo. Adem谩s, ese dolor de amor era mi inspiraci贸n. Ahora estoy vac铆a. Duele m谩s no amar que amar en vano (鈥�) Creo que un poeta necesita amor. Mi amor fue un amor para un poeta. Ahora no tengo nada. No espero nada鈥�
鈥淵o, que no s茅 decir nada m谩s que yo鈥� Pero que lo siga diciendo durante mucho tiempo, Dios m铆o, que lo siga diciendo y que no me enajene en la demencia, que no vaya a donde quiero ir desde que nac铆, que no me sumerja en el abismo amado, que no muera de este mundo que odio, que no cierre los ojos a lo que execro, que no deje de habitar en lo horrible, que no deje de convivir con la crueldad y la indiferencia, pero que no deje de sufrir y decir yo鈥�
鈥溌縋ero qu茅 puede una muchacha sola en un mundo grande? Y c贸mo y d贸nde empezar a buscar. Todo esto es locura. La locura comienza cuando se quieren realizar los deseos m谩s profundos. As铆 yo debiera contentarme con el deseo y aceptar suavemente lo poco, lo 铆nfimo que se me realiza en la realidad. Pero esta discordancia de planos, este abismo entre el deseo y la palabra, entre la que me creo y la que soy (驴pero qu茅 soy si soy tantas?)鈥�
鈥淓lla no parec铆a sufrir en forma pura, sufrir por sufrir, sino que era como si sufriera para alguien, para apiadar a alguien, para excitar el amor de alguien. A qui茅n demostrar que se sufre, 驴a los dem谩s, a los otros? 驴Es que los dem谩s no sufren? 驴Es que sera un sentimiento religioso? Lo que pasa es que cada vez que descubro algo, algo terrible y peligroso, necesito comprobarlo con mi sufrimiento. Quiero decir, por haber descubierto que no hay dios necesito castigarme鈥�
鈥淎mo y no s茅 qu茅 hacer. 驴Qu茅 se hace en este mundo civilizado cuando se ama as铆?鈥�
鈥淓n cierto modo, es como si me obligase a sufrir por ella. En verdad no tengo ganas de verla ni me importa. Pero es como si debiera sufrir por ella. Como si lo m谩s terrible de todo fuese quedar sin rostros concretos y reales, es decir, que mi nostalgia se limite a un sonido, un perfume. M. es un comod铆n en la historia de mi nostalgia. Lo que hace que me fascine est谩 en m铆, no en ella. Yo no la conozco. Es un nombre鈥�
鈥淟a vida perdida para la literatura por culpa de la literatura. Quiero decir, por querer hacer de m铆 un personaje literario en la vida real fracaso en mi deseo de hacer literatura con mi vida real pues esta no existe: es literatura鈥�
鈥淨ue has venido. Que tu presencia estremece el c谩lido color de las hojas muertas. Milagros de la que espera y ve y siente. Y yo te seguir铆a bajo cualquier forma, como polvo o humo o viento. Entrar铆a por tu respiraci贸n, por tu sonrisa, por tus tristes deseos de evadirte hacia donde no haya lenguaje sino solamente ojos devor谩ndose, ojos am谩ndose en el peligro de una desnudez absoluta鈥� Qu茅 bonito!!!!!
鈥淣adie ver谩 que t煤 vienes a m铆. Ni siquiera yo, pues yo ya estoy en otro mundo, am谩ndote con una furia que no imaginas. Ven a m铆 si quieres salvarte de mi locura y de mi rabia, ten piedad de ti y ven a m铆. Nadie lo sabr谩, ni siquiera yo, pues yo estoy vagando por las calles de otra ciudad, vestida de mendiga vieja, acoplando tus nombres a canciones oscuras que son como pu帽alada para fijar mi delirio. Mi sangre, mi sexo, mi sagrada man铆a de creerme yo, mi porvenir inmutable, mi pasado que viene, mi atrio donde muero cada noche. Oh ven, nada ni nadie lo sabr谩n nunca. Aun cuando yo no lo quiera ven. Aun cuando yo te odio y te abandone, ven y t贸mame a la fuerza鈥�
鈥淐uando te vea verme, 驴c贸mo no morir茅 de deseo realizado? (鈥�) Porque yo he terminado por creer que tambi茅n t煤 miras como yo: con los ojos y con las manos y con el sexo y con el alma mientras la memoria hecha de piel de tambor bate ritmos cada vez m谩s urgentes, que en verdad son llamadas, que en verdad son plegarias t谩citas hechas de un silencio alborotado donde las cosas corren y mi amor corre y todo en m铆 es un agua precipitada, absolutamente loca y ardiente鈥�
鈥淗asta hoy, 驴qu茅 me hizo vivir? Mis amores imposibles y la belleza (eso que me produce este estremecimiento- cuadros, poemas, peque帽as calles viejas y rostros muy perfectos)鈥�
鈥淵 este amor que se ha inventado precedentemente para tener una referencia a la vida y al mismo tiempo para justificar su exclusi贸n de la vida. Estas muletas que te da el amor que te levanta y te hace andar- si bien penosamente- para que no caigas a la locura ni al suicidio. Y m谩s a煤n: te da materia de canto, materia de llanto. En suma: te da la ilusi贸n de que participas en el mundo, t煤 que est谩s excluida desde que te conoces鈥�
鈥淓n tus ojos encuentro mi persona s煤bitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiraci贸n fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje鈥�
鈥淧ero c贸mo hacen los dem谩s para vivir sin esta exigencia de un amor absoluto. Aprender qu茅 es lo que les permite vivir sin amor - y cualquier amor que no sea como yo lo entiendo no es amor-. Y nadie o casi nadie es amado de la manera en que yo lo deseo鈥� (Dios m铆o yo!!! de verdad que es que somos la misma persona)
鈥淟as palabras son mi ausencia particular, en m铆 hay una ausencia aut贸noma hecha del lenguaje. No comprendo el lenguaje y es lo 煤nico que tengo. Lo tengo s铆, pero no lo soy. Es como poseer una enfermedad o ser pose铆da por ella sin que se produzca ning煤n encuentro porque la enferma lucha por su lado -sola- con la enfermedad que hace lo mismo. Yo escrib铆 a falta de una mano en mi mano, a falta de dos ojos frente a los m铆os, a falta de un cuerpo exterior a mi sobre el cual apoyarme- un minuto siquiera- y llorar鈥�
鈥淪olo hay sexo, sed de sensaciones f铆sicas tan internas que dejan de ser f铆sicas鈥�
鈥淢e impulsa, me mantiene a distancia, me impide, me evita, me hace danzar, me asola, me afea mi soledad, me corroe, me corrompe, me martiriza, me hace sufrir, padecer, llorar todo el d铆a y gran parte de la noche. Y no lo sabe, y no se cree responsable y no quiere saber que sabe que en m铆 se venga de lo que no es鈥�
鈥淐antaba y llamaba, llamaba a alguien que no es de este mundo, que no puede ser de este mundo, alguien que morir谩 conmigo como muere un ni帽o dentro de su madre鈥�
鈥淗ablaba de aceptar el hambre y la sed como una manera de ser o estar en este mundo. Quise decirle: actualmente eres t煤 mi sed y mi hambre鈥�
Leer a Pizarnik es una tarea ambigua: por un lado una se llena de im谩genes, de palabras hermosas, de una satisfacci贸n profunda al entender su b煤squeda por el lenguaje perfecto, por la 辫辞别蝉铆补 perfecta; y es a la vez un ejercicio que lleva, inevitablemente a una suerte de tristeza, o melancol铆a y nos hace compartir con ella su constante angustia ante el mundo.
Su 辫辞别蝉铆补 y prosa han sido, son y van a ser piezas fundamentales en mi estante y en mis propios escritos -o el intento de ellos. La lectura de sus Diarios, y a pesar de haber cre铆do conocer a la autora profundamente, me ha ayudado a comprender mejor cada uno de los lugares donde ella misma se situaba dentro de un vasto universo: el que componen la literatura y la 辫辞别蝉铆补.
El viaje por a帽os de viaje, a帽os de d铆as y noches, a帽os de Par铆s y Buenos Aires, es por dem谩s exquisito y lleno de detalles, no necesariamente esos que componen un manual para hacer objetos o armar sillas, o una postal a la familia. Es un recorrido por y hacia ella misma, un tr谩nsito por todo cuanto formaba parte de sus circunstancias: sus oscuridades, los miedos, la angustia, el existencialismo inevitable, las obsesiones; el pasado, el ser jud铆a y su creencia de no ser de ninguna parte, de no perteneceer; la b煤squeda -y no- del amor; su aparente bi(homo?)sexualidad, sus amistades, sus afectos y costumbres; la relaci贸n con el psicoan谩lisis, que al final no la ayuda en nada, ni la aleja de la inminente muerte; sus notas a pie de cuanto libro le铆a y su compromiso por ir m谩s all谩 de de la lengua, y al margen de entenderla, perfeccionarla; su relaci贸n estrecha con Octavio Paz, Cort谩zar, Olga Orozco, Ivonne Bordelois y tantos otros.
Y formaba parte de todo esto, una negaci贸n hacia quien hiciera el m铆nimo adem谩n de acercamiento. Ten铆a un miedo profundo a la idea de que otro se ocupara de ella o llegara a amarla. Alejandra escapaba de eso, hu铆a a toda velocidad, para que no la dejen, para no quedarse sola despu茅s de acostumbrarse al otro.
Todas y cada una de la p谩ginas de estos su Diarios hacen que ella parezca a煤n viva y que a una se le antoje leer m谩s pero nuevo, leer todo aquello que no pudo escribir porque ya no hubo tiempo.
Era muy jovencita cuando empez贸 a escribir y ya desde entonces comprend铆a las cosas desde otro nivel, desde un lugar m谩s all谩 del mundo mismo. Ella insist铆a en no ser de ac谩 y por ello su necesidad de abandonar/abandonarse, de irse, desde la 煤nica manera que pudo adoptar como arma contundente: suicidarse. Y a pesar de sus intentos m煤ltiples - pastillas, gas, ahorcarse- no conseguirlo, no por un buen tiempo. Y finalmente, partir, porque ya era todo como demasiado. Su universo estaba cargado de ambig眉edad, de una oscuridad que no era ya la de la noche.
Se siente en sus diarios, m谩s hacia el final, justo cuando escribe desde el Pirovano, esa determinaci贸n a dejar de estar ac谩. Se siente ese hast铆o desde donde no hay retorno porque ya es demasiado y es todo lo que pesa. De ese lugar no se regresa m谩s, al menos no con toda la lucidez necesaria para seguir.
Y Alejandra, que tanto quer铆a no estar, se termin贸 quedando, y aqu铆 seguimos evoc谩ndola, leyendo su obra y analizando diarios y correspondencia. Pueden haber pasado muchos a帽os (Alejandra muere en 1972), pero la intriga sigue, porque su genialidad nos ha tocado de mil maneras a unos y a otros, a escritores y lectores.
Pizarnik habitaba el lenguaje con una sutileza 煤nica. Construy贸 una casa impecable adentro de 茅l y se sent贸, c贸modamente, a decorarla. Cuando sal铆a a pasear se confund铆a con el paisaje exterior y regresaba, conjugaba lo visto con lo que ella llevaba adentro y de esa manera escrib铆a, llenaba cuadernos de cuadernos entre los cuales est谩n sus diarios, hoy corregidos una vez m谩s (Diarios: Edici贸n definitiva. Nueva edici贸n de Ana Becciu. Lumen, 2013).
Desde un lado menos af铆n con Pizarnik y lejos de la locura de adentrarse en su palabra y su voz, cabe decir que por momentos, la lectura se hace pesada, a ratos repetitiva y recurrente, especialmente en el tema de la muerte (lo que resulta obvio).
No es f谩cil comprender esa su desesperada voluntad de morir, siendo que ten铆a el don absoluto de la palabra, era una mujer hermosa rodeada de afectos, dif铆cil de entender, s铆, pero a煤n as铆 alcanzable y con posibilidad de ser ablandada y enternecida. Nadie pudo.
Ahora queda pendiente la lectura de la correspondencia y ser谩 inevitable volver a los poemas, a la condesa Bathory y otros escritos, para seguir el viaje hacia el centro de esa tierra llamada Alejandra.
Este libro fue un tesoro inigualable que se ha convertido en un compa帽ero eterno. Sospecho que esta no ser谩 la 煤ltima vez que me sumerja en los pensamientos de Pizarnik para contenerme y hacerme sentir un poco menos sola.
Al principio, una sensaci贸n de intimidaci贸n se apoder贸 de m铆 al enfrentarme a los diarios de una figura tan imponente en el panorama literario latinoamericano. Tem铆 no estar a la altura, tem铆 no comprender su voz. Pero mi inquietud se disip贸 en cuanto las palabras de Pizarnik comenzaron a envolverme en un abrazo c谩lido y comprensivo. Desde las primeras p谩ginas, experiment茅 una conexi贸n m谩gica, como si hubiera compartido con una amiga mis m谩s profundos anhelos y dolores. Alejandra logr贸 plasmar en estas p谩ginas el eco de mis emociones m谩s 铆ntimas, expresando aquello que yo misma intent茅 articular sin 茅xito. En sus versos, encontr茅 la voz de mi dolor, de mis tristezas, de mis inseguridades, de la soledad, del desamor, de todo. La lectura de sus pensamientos me parti贸 el alma, encontr谩ndome reflejada en cada palabra y en cada latido de su pecho. Dese茅 en m谩s de una ocasi贸n ser su amiga, para susurrarle al o铆do que no est谩 sola, que su dolor encuentra eco en el mundo y en el coraz贸n de millones de personas. Confieso que al principio no lograba descifrar todos los versos y poemas, pero a medida que avanzaba, me acostumbraba, su prosa posee el don de atrapar al lector y llevarlo consigo en un viaje lleno de dolor y profundidad. Alejandra Pizarnik pose铆a una magia inexplicable, capaz de absorbernos por completo con sus palabras. Y a medida que avanzamos en sus diarios, se revela un progreso en su escritura, desde sencillas narraciones cotidianas hasta escritos extensos y desgarradores. Cada palabra que brota de su pluma me envolv铆a en una intensidad arrolladora. Sus 煤ltimas anotaciones son realmente dolorosas y deprimentes, era como si su deterioro y malestar influyesen en m铆 tambi茅n.
En resumen, este libro de Alejandra Pizarnik es un testimonio po茅tico que despierta en m铆 una infinidad de emociones. Es un refugio en el que encuentro comprensi贸n, un eco en el que mi voz se funde con la suya, qued茅 enamorada.
Los diarios de Alejandra Pizarnik son una exploraci贸n 铆ntima y sin filtros del alma torturada de una artista que se enfrent贸 incansablemente contra la oscuridad que la rodeaba y, cada p谩gina est谩 impregnada de una profunda sensibilidad y una constante b煤squeda existencial.
A medida que recorremos sus entradas, vemos c贸mo Pizarnik se debat铆a entre momentos de lucidez y caos mental, siempre intentando encontrar una forma de comprender y expresar su compleja realidad interior.
No podemos evitar sentir una conexi贸n visceral con una mujer que fue consumida por sus propias batallas internas; una mujer que nos recuerda que la locura y la creaci贸n a menudo son dos caras de la misma moneda. En sus propias palabras: "驴C贸mo ser poeta sin herirse?". Los Diarios de Alejandra Pizarnik son una obra maestra de la literatura 铆ntima, que deja una huella imborrable en todos los que, atrevidamente, decidimos leer sus p谩ginas.
鈥淓scribir es querer darle sentido a nuestro sufrimiento鈥�
Me alegro infinitamente de que lo primero que he le铆do de Alejandra hayan sido sus diarios. Me apena infinitamente que lo primero que he le铆do de Alejandra hayan sido sus diarios.
"Acarici茅 el sue帽o de vivir sin tomar notas, sin escribir un diario. El fin consist铆a en transmutar mis conflictos en obras, no en anotarlos directamente. Pero me asfixio y a la vez me marea el espacio infinito del vivir sin el l铆mite de un diario."
Diarios lo compr茅 en un viaje a Bariloche cuando ten铆a 16 a帽os. En Chile su costo era el doble y obtenerlo era a煤n m谩s dif铆cil. Por lo que al llegar al pa铆s vecino, decid铆 entrar a una librer铆a y comprar esta versi贸n de Lumen. No me arrepiento. Diarios se convirti贸 r谩pidamente en una especie de biblia y sacramento en mi 茅poca m谩s oscura y hormonal. La pluma de Alejandra vislumbra los pasadizos y zonas m谩s opacas que aprisionaba la mente de esta autora trasandina. Pues en sus escritos leemos sobre sus propios dolores, delirios, soledades y miedos. Esta mujer tauro, como ella misma se defin铆a, no se averg眉enza de mostrarse humana y sumamente vulnerable en su escritura. "Cada noche me olvido suicidarme", confesar铆a en una de sus hojas.
Hay que especificar que no es un libro de f谩cil lectura ni para todo p煤blico, no porque su prosa sea compleja de entender, sino m谩s bien, por la carga emocional que conlleva leer las interrogantes como afirmaciones que arroja Alejandra Pizarnik de un mundo masculino carente de empat铆a.
Recomiendo leerlo por parte y mantenerlo al lado del velador para as铆 abrirlo cuando una quiera encontrarse en letras ajenas pero pr贸ximas. "A veces me pregunto si mi enorme sufrimiento no es una defensa contra el hast铆o. Cuando sufro no me aburro, cuando sufro vivo intensamente y mi vida es interesante, llena de emociones y peripecias. En verdad, s贸lo vivo cuando sufro, es mi manera de vivir". p.180.
Pizarnik al desnudo, porque claramente estamos leyendo todo lo que fue sus diarios en tanto tiempo y somos testigos de c贸mo de a poco, de a poquito su vida se estaba apagando. Pero, tambi茅n, hay restos de 辫辞别蝉铆补s, versos o prosa enteras que eran partes de su alma en d贸nde estaba gritando. Sus relaciones, amigos, familias, sue帽os, sentimientos o lecturas que consum铆a en su tiempo en este mundo, en ese preciso instante. Y claro al ser no tan breve, a ser p谩ginas tras p谩ginas de una cosa nueva o veces repetitivas cansaba a simple vista teniendo as铆 el temor cuando se podr铆a terminar o que no termine nunca. Creo que cuando ya lees un diario en vez de leer una obra del autor es cuando realmente lo conoces c贸mo fue para que escribiera lo que escribi贸 en vida. Adem谩s de que queda como prueba que realmente existi贸 y no fue una invenci贸n m谩s de la mente en general. Si est谩s dispuesta/o a leer las 辫辞别蝉铆补s de Alejandra pero no de su vida entonces qu茅 pasa contigo, sumergete en otras palabras m谩s 铆ntimas y ver谩s que si realmente vale la pena seguir leyendo a Pizarnik con solo sus poemas.
Es curioso como Alejandra pas贸 toda su vida sintiendo que nadie la comprend铆a, sin embargo yo siento que ella me comprende, citando sus propias palabras leerla es como o铆rme pensar. .....................................
"Cada cual se forja su mundo. Mi mundo es esta habitaci贸n. Fuera est谩 lo desconocido, lo indiferente, que no tengo deseos de explorar."
"S贸lo amar茅 al ser que me ame como soy, callada y de hielo, hecha de silencio y dolor."
"D茅jame a solas con mis ojos que descubrir谩n los nombres, los confines, todo esto que me duele de una manera que jam谩s sabr茅 decir."
"Yo pens茅 que tal vez la 辫辞别蝉铆补 sirva para esto, para que en una noche lluviosa y helada alguien vea escrito en unas l铆neas su confusi贸n inenarrable y su dolor."
"Considera que el sufrimiento deviene demasiado grande y sabe que llegar谩 un d铆a en el que ella, peque帽a como es, ya no podr谩 contener tanto dolor."