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Revisitar este libro después de leer el ACORN representa un contraste y a la vez una proeza:

Si algo tiene de sobra Yoko Ono, es paciencia y ver las líneas que trazó aquí para ser reflejadas 50 años después en el otro es algo digno de tomar en alto aprecio.

Este libro (objeto) es muy bueno y si ACORN nunca hubiera sido publicado, sería el mejor, pero el tiempo ha vuelto refinados sus gustos, sus palabras exactas. En este aun se nota un tono oscuro, anarquista de ver arder el mundo, del happening. En el otro lado del espejo, el publicado 50 años después, es algo fino, una delicadeza.

Si fueran música, este sería punk, el otro sería un vals.

Maravillas cada uno. Geniales en conjunto.