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Este es el tercer libro que leo de la autora, los dos anteriores (La edad de la inocencia y La casa de la alegría) están ambientados en la alta sociedad neoyorkina. Ethan Frome sin embargo está ambientado en una zona rural y aislada, permanente acosada por el invierno. La novela es muy corta (menos de 100 páginas) pero muy intensa. Edith Warthon no es la alegría de la huerta, y aquí casi parece regodearse en la miseria y desesperanza de sus personajes, concediendole a su protagonista sólo el más pequeño resquicio de esperanza. Me ha gustado mucho, está escrito maravillosamente como es habitual en la autora, y me ha sorprendido el final (aunque se ve venir que no va a ser feliz, no esperaba que ocurriera exactamente lo que ocurrió, y desde luego es el final perfecto a semejante historia). A pesar de que no es una lectura que te deje una sonrisa en la boca, la he disfrutado mucho, tanto por la forma en que está escrita como por la historia en sí, además al ser tan cortita resulta muy amena. Eso sí, aquí no hay nada del glamour de Nueva York que enmascaraba un poco la tragedia en los otros casos, así que no la recomendaría como primer acercamiento a la autora. De las tres novelas que he leído me quedo con 'La casa de la alegría', me gusta más cómo retrata Edith a esta protagonista femenina que a los protagonistas masculinos de los otros dos títulos.