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Al ser un libro de Mishima (escritor al que adoro y venero), la verdad es que ya tenía una buena predisposición antes de empezarlo. En cuanto al estilo, como siempre me ocurre con este autor, me ha encantado. Sin embargo, tampoco creo que sea su mejor obra ni de lejos en este sentido, no expresa tanta belleza y pasión como otras que he leído por su parte pero no está mal.

En cuanto al contenido, me parece que la parte central decae bastante y, aunque necesaria, sí que es cierto que se me hizo algo pesada y aburrida en ciertos puntos. De todos modos, en general la historia me ha gustado, y ante todo creo que tiene un buen final. Sinceramente, teniendo en cuenta la época y el país donde está escrito no me esperaba que fuese a suceder eso (no diré más para no hacer spoilers).

No es la obra del siglo, pero está bastante entretenida.