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1933 was a bad year.
Einstein, progre e ingenuo. Freud, brutal (recuérdese que El malestar en la cultura es de 1930): propone que a la -irreprimible- Todestrieb/pulsión de muerte es necesario oponerle la pulsión de vida y la sublimación progresiva de la cultura. La historia del siglo XX no le ha dado mucha razón a ninguno de los dos. No sólo los fascismos históricos y contemporáneos tienen una pata libidinal y cultural muy fuerte, también las sociedades en guerra permanente no dejan de producir cultura. Violencia, cultura y fe en el progreso científico no son necesariamente excluyentes. Encuentro que la postura de Freud es intelectualmente más valiosa: sospecha de todo, tiene más presente la historia y la contradicción,... no tiene el 'prejuicio' idealista de Einstein.

(...) there is no likehood of our being able to suppress humanity's aggressive tendencies.(...) The Bolshevists, too, aspire to do away with human aggresiveness by ensuring the satisfaction of material needs and enforcing equality between man and man. To me this hope seems vain. Meanwhile they busily perfect their armaments, and their hatred of outsiders is not the least of the factors of cohesion amongst themselves... (p.47)