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Independientemente de que haya ganado un gran premio literario en su país (el Goncourt 2013), para mí, esta ha sido una gran novela en todos los sentidos, de principio a fin. La primera novela que leo de Lemaitre fuera de su famoso detective Verhoeven, y no sólo no me ha decepcionado, si no que ha elevado a este autor a una categoría aún superior, si es que ello era posible.

La novela, que aborda un gran dramón (la vuelta de los soldados franceses a sus hogares tras la Gran Guerra), lo hace bajo el paraguas del estilo picaresco, y, fráncamente, Monsieur Lemaitre, ¡me quito el sombrero! Consigue un drama tan crudo y funesto, bordeando en lo desagradable (el personaje de Édouard, que, sin embargo, es humanizado de un modo antológico), y lo mezcla con tanta ironía y humor, que el envoltorio final envuelve un caramelo exquisito, un producto que he devorado con delectación a cada página. Literatura de muchos quilates.


PD: Existe una adaptación cinematográfica, dirigida por Albert Dupontel, y guionizada por el escritor, que, apenas devorada la novela, he procedido a visionar. Es una adaptación muy, pero que muy libre de la novela, y tampoco tiene desperdicio alguno.