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No sabía cómo evaluar este libro porque por un lado me costaba leerlo y por otro lado me costaba dejarlo. De ahí, que valorándolo en conjunto, se lleve en realidad 3,5 estrellas.

La obra narra la historia de Lucy, una joven inglesa de vacaciones en Francia, que acaba de ver morir a su padre y se siente sola en el mundo. Por otro lado tenemos a Wemyss, un enérgico cuarentón que ha perdido a Vera, su esposa, en extrañas circunstancias, y está desolado. Lo que al principio parece una relación de amistad y de mutuo consuelo, se transforma gradualmente en un cortejo apasionado, y al cabo de poco tiempo, en matrimonio. No obstante, lo que Wemyss había llamado amor se convierte en un ejercicio de posesión.

Probablemente nunca había conocido a un personaje principal tan repugnante y tóxico en mi aventura de lectura como Wemyss. Es un hombre de mal genio e inmaduro, vengativo, posesivo, maníaco, orgulloso y susceptible. En serio, durante mucho tiempo nada ha despertado en mí emociones negativas tan fuertes como él.

Se trata de un libro intensamente oscuro y tragicómico, corto, pero con una construcción precisa que construye el horror de un hombre inmaduro y cruel que desconoce su egoísmo. Von Arnim desarrolla una imagen intensamente vívida de lo que será un matrimonio potencialmente fatal para su heroína, dándonos pistas, pero las que la heroína decide no ver.

Aunque el final para mí gusta fue un poco decepcionante, ¡vale la pena leer!