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Me da mucha rabia, porque la primera mitad del libro me ha parecido perfecta y le habría puesto las 4�� sin dudar. Pero al llegar al drama final, él se comporta de una forma horrible. En este género es de esperar que los protas masculinos no siempre se comporten estupendamente, pero Dunford me caía tan bien al principio que, por dios, he odiado esas escenas del final.

Además, una vez más nos encontramos con que el principal conflicto de la trama es un problema de comunicación/malentendido entre ambos y reconozco que estoy un poco cansada de ese patrón. Prefiero con mucho cuando los miembros de la pareja se apoyan mutuamente y se enfrentan juntos a un problema externo, pero bueno, supongo que eso es cuestión de preferencia personal.

Pero el libro sí tiene otros aspectos que me gustan y que durante la primera mitad me han encandilado por completo.

Para empezar, los personajes. Dunford ya me gustaba muchísimo de los dos libros anteriores, Y Henry desde luego es diferente de las damas nobles que suelen protagonizar estos libros. Un soplo de aire fresco siempre es bienvenido, como lo ha sido para mí la dinámica entre tutor y joven tutelada, que es algo que yo no había leído hasta ahora. Por suerte, la diferencia de edad entre ellos es la habitual en estos casos y no tan exagerada como para que dé repelús o se cree una dinámica de poder desagradable.
Como digo, considero que los caracteres de ambos, al menos durante la mayor parte del libro, encajan bastante bien y sus escenas antes de Londres eran una delicia. Al llegar a la capital, la cosa se complica un poco más y es cuando la falta de comunicación empieza a ser frustrante.

Por otro lado, siendo este el tercer libro publicado de la autora, y habiendo leído los dos anteriores, creo que aquí se nota una mejora respecto a la forma de llevar la trama, estructura y longitud. Y aunque sigue siendo más largo que otras sagas más recientes de la autora y también le sobran algunas páginas, es muy agradable ir viendo la evolución progresiva de una autora que me gusta tanto.