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El adversario
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True crime. A caballo entre la novela, el ensayo o el relato periodístico.
No esperes encontrar un thriller.
El relato de Carrére tiene algo de hipnótico, no puedes soltar el libro a pesar de las sensaciones que te provoca. Me quedo con las de horror y repugnancia ante los hechos acontecidos y este personaje espeluznante, me quedo con una sensación extraña cuando pienso en la forma en que lo aborda el autor. Lo siento, yo no puedo ser neutral.
Los hechos:
En 1993 Jean-Claude Romand asesina a sus padres, su mujer y sus dos hijos. ¿Qué pudo provocar que alguien mate a su entorno más cercano?
Emmanuel Carrère aborda esta cuestión desde una reconstrucción de los hechos fruto de la investigación del juicio, las conversaciones con un amigo de su entorno y la correspondencia que mantiene con el autor de los crímenes mientras está preso. Es el autor quien se dirige a Jean-Claude Romand, indicando en su primera carta, que a su entender sus actos no son la obra de un criminal ordinario, ni la de un loco, sino la de un hombre empujado hasta el fondo por fuerzas que le superan. Pero ¿realmente existe alguna justificación para estos actos?
Jean-Claude Romand es un mentiroso, manipulador, narcisista y egocéntrico.
La frase:
"Deberían haber visto a Dios y en su lugar habían visto, adoptando los rasgos de su hijo bienamado, a aquel a quien la Biblia llama Satán, el adversario".
La reconstrucción de la vida de Jean-Claude Romand me ha gustado, desde como ha ido forjando una nueva vida de éxito a partir de una primera mentira, hasta como ha conseguido "sobrevivir" durante todos esos años. La frialdad, el egoísmo y la falta de escrúpulos de sus actos se entremezcla primeramente con esa sensación de soledad en su mentira, de tener que llenar un hueco vacío, de tiempo a rellenar como precio a pagar por su ego en su status social y laboral y posteriormente con la ilusión de otra mentira, una aventura que llenará su ego sentimental basada en una manipulación y un engaño que precipitará el desenlace de ese fatídico fin de semana -no me ha parecido creíble el silencio de Corinne-.
La reacción de su amigo Luc sí que me ha parecido creíble, como vas pasando de una confianza en mi amigo Jean-Claude al horror de pensar que lo considerabas tu amigo, que creías que lo conocías, de lo que le podría haber ocurrido a tu propia familia. Incluso la forma de superar los hechos, no querer mantener la relación y la sensación de desconfianza ante cualquiera.
El perfil psicológico de Jean-Claude está bien construido, se mantiene en la mentira y la distancia incluso cuando en el juicio no reconoce las evidencias y pone distancia a los hechos y su familia -no se refiere a ella por sus nombres hasta casi el final del libro, cuando menciona un perfume que le recordaba a su mujer-, mantiene ese don embaucador hasta en la cárcel. Increíble que se libre del trato vejatorio que suelen darle a este tipo de criminales por esa casualidad de un encuentro fortuito previo con un cabecilla que le reconocerá y le allanará el camino, que despierte la simpatía de visitadores carcelarios y que mantenga un cierto estatus en la misma. Ese casi ¡Pobrecito lo han trasladado y tiene que hacer nuevos amigos!, puede conmigo. ¿¡Dónde han quedado las víctimas!?
"Él hubiese preferido sufrir de veras un cáncer que la mentira -pues la mentira era una enfermedad, con su etiología, sus riesgos de metástasis, su pronóstico reservado-, pero el destino había querido que contrajese la enfermedad de la mentira, y no era culpa suya haberla contraído".
Lo siento, pero no puedo compartir esa premisa.
No creo que haya sido un libro fácil de escribir para el autor. Yo no podría mantener una relación, aunque fuese profesional y epistolar, con un criminal de este calibre y menos visitarlo. El monstruo perturbaría mis sueños.
Valoración: 8/10
Lectura: septiembre 2022
No esperes encontrar un thriller.
El relato de Carrére tiene algo de hipnótico, no puedes soltar el libro a pesar de las sensaciones que te provoca. Me quedo con las de horror y repugnancia ante los hechos acontecidos y este personaje espeluznante, me quedo con una sensación extraña cuando pienso en la forma en que lo aborda el autor. Lo siento, yo no puedo ser neutral.
Los hechos:
En 1993 Jean-Claude Romand asesina a sus padres, su mujer y sus dos hijos. ¿Qué pudo provocar que alguien mate a su entorno más cercano?
Emmanuel Carrère aborda esta cuestión desde una reconstrucción de los hechos fruto de la investigación del juicio, las conversaciones con un amigo de su entorno y la correspondencia que mantiene con el autor de los crímenes mientras está preso. Es el autor quien se dirige a Jean-Claude Romand, indicando en su primera carta, que a su entender sus actos no son la obra de un criminal ordinario, ni la de un loco, sino la de un hombre empujado hasta el fondo por fuerzas que le superan. Pero ¿realmente existe alguna justificación para estos actos?
Jean-Claude Romand es un mentiroso, manipulador, narcisista y egocéntrico.
La frase:
"Deberían haber visto a Dios y en su lugar habían visto, adoptando los rasgos de su hijo bienamado, a aquel a quien la Biblia llama Satán, el adversario".
La reconstrucción de la vida de Jean-Claude Romand me ha gustado, desde como ha ido forjando una nueva vida de éxito a partir de una primera mentira, hasta como ha conseguido "sobrevivir" durante todos esos años. La frialdad, el egoísmo y la falta de escrúpulos de sus actos se entremezcla primeramente con esa sensación de soledad en su mentira, de tener que llenar un hueco vacío, de tiempo a rellenar como precio a pagar por su ego en su status social y laboral y posteriormente con la ilusión de otra mentira, una aventura que llenará su ego sentimental basada en una manipulación y un engaño que precipitará el desenlace de ese fatídico fin de semana -no me ha parecido creíble el silencio de Corinne-.
La reacción de su amigo Luc sí que me ha parecido creíble, como vas pasando de una confianza en mi amigo Jean-Claude al horror de pensar que lo considerabas tu amigo, que creías que lo conocías, de lo que le podría haber ocurrido a tu propia familia. Incluso la forma de superar los hechos, no querer mantener la relación y la sensación de desconfianza ante cualquiera.
El perfil psicológico de Jean-Claude está bien construido, se mantiene en la mentira y la distancia incluso cuando en el juicio no reconoce las evidencias y pone distancia a los hechos y su familia -no se refiere a ella por sus nombres hasta casi el final del libro, cuando menciona un perfume que le recordaba a su mujer-, mantiene ese don embaucador hasta en la cárcel. Increíble que se libre del trato vejatorio que suelen darle a este tipo de criminales por esa casualidad de un encuentro fortuito previo con un cabecilla que le reconocerá y le allanará el camino, que despierte la simpatía de visitadores carcelarios y que mantenga un cierto estatus en la misma. Ese casi ¡Pobrecito lo han trasladado y tiene que hacer nuevos amigos!, puede conmigo. ¿¡Dónde han quedado las víctimas!?
"Él hubiese preferido sufrir de veras un cáncer que la mentira -pues la mentira era una enfermedad, con su etiología, sus riesgos de metástasis, su pronóstico reservado-, pero el destino había querido que contrajese la enfermedad de la mentira, y no era culpa suya haberla contraído".
Lo siento, pero no puedo compartir esa premisa.
No creo que haya sido un libro fácil de escribir para el autor. Yo no podría mantener una relación, aunque fuese profesional y epistolar, con un criminal de este calibre y menos visitarlo. El monstruo perturbaría mis sueños.
Valoración: 8/10
Lectura: septiembre 2022
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May 22, 2019
– Shelved
(Mass Market Paperback Edition)
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May 22, 2019
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September 25, 2022
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September 25, 2022
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message 1:
by
Labijose
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Sep 25, 2022 04:05AM

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Me ha parecido interesante, teniendo claro el tipo de lectura que es.




Lo tengo en pendientes y en físico mirándome desde la estantería. Forma parte del núcleo de escritores franceses de los que quiero seguir: Nothomb, Houllebecq, Vigane, �. Y además este es cortito.
Gracias por tu reseña. Saludos lectores 🙂




Es una lectura distinta. Apropiada para intercalar y desconectar de otros géneros.

Menudo día llevamos hoy.

Respondiendo a tu pregunta "Pero ¿realmente existe alguna justificación para estos actos?", mi respuesta es NO. Yo lo leí con la boca abierta, porque no podía creer lo que estaba leyendo. Pero como se suele decir, la realidad siempre supera a la ficción, y este libro -esta historia- es el ejemplo perfecto.
El libro es adictivo aún con el tema tan oscuro y duro que trata.
Para todos/as los que dudéis en leerlo, no lo hagáis, quiero decir que no dudéis en leerlo, es buenísimo.
Saludos Lola! 😊🙋🏻♀�

La verdad es que la historia es terrible y a pesar de la repulsión que me provocaba en algunos momentos, se lee muy rápido por ser corto y por ser adictivo.