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"Depositaste tu esperanza en nosotros, Theodoros, y nosotros no te abandonamos, pues tu destino estaba decidido antes de la creación del mundo y así debía ser"
Monumental ha sido el recorrido.
Una obra que expande los límites de la literatura entre lo histórico, el misticismo y el delirio imaginativo, entre la fantasía y la filosofía, es él; Theodoros!...quien atraviesa un mundo real y fantástico que es a su vez aterrador y nosotros allí…presentes, vamos junto a él aún sabiendo cuál será su final. Y QUE FINAL!!!

Quienes hemos leído antes a Cărtărescu sabemos que su prosa es hipnótica, desbordante y preciosa, y es que siempre nos sumerge en una realidad que desafía toda lógica, lo onírico y -ahora- hasta lo profético se funden con una potencia que me es difícil de describir. Lo que sí puedo afirmar con toda claridad es que es imposible no imaginar y no sentir que allí estás...en el Archipiélago junto a esos narradores que desde arriba acompañan.

Theodoros es,
- apocalíptico
- íntimo
- maravilloso
- humano y
- cruel
y en palabras de Cărtărescu: “Theodoros es un mundo entero� y si que lo es!

Es, sin duda...un laberinto literario y como en toda obra de Mircea; no sales de ella siendo el mismo.
Adoro profundamente leerlo!

"...el mundo no acabó para ti, sino que adquirió un tono transparente y azulado, irreal e inmortal a la vez, pues no lo veías, ni oías, ni olías, ni tocabas, ni saboreabas, sino que era como si tú mismo te hubieras convertido en un sentido nuevo, abierto como un lirio blanco con granos de oro en los cuernitos de su caracol interior, con los que podías percibir y comprender el infinito"