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Quizás sería más un 3,5 porque creo que a veces la narración se alargaba y repetía en exceso, pero es una historia tan creativa y original que no puedo darle menos de 4 estrellas.

«Té para fantasmas» nos cuenta la historia de dos hermanas, Félicité y Agonie. La primera es pasadora de fantasmas, el té que les da a los fantasmas les suelta la lengua y permite que pasen al otro lado, la segunda es una bruja que vive recluida, de sus labios salen espantosas mariposas al hablar, atrae la muerte y marchita las plantas. 30 años después de distanciarse de malos modos vuelven a reunirse tras la muerte de su madre. Juntas tratarán de descubrir los orígenes de esta mujer, de su familia, sus antepasados y tratar de entender porqué se lo dio todo a Félicité y maltrató a Agonie en su infancia.

AY, la pasadora de fantasmas, el viejo espectro de la duquesa, los leedores de tumbas, el terario, la abuela nodriza-oráculo, el rebaño de teteras, los connombres, el valle de las Maravillas, la Niza lluviosa repleta de gaviotas... son tantos los detalles distintivos y únicos que aparecen en este libro y que sobresalen en ese mundo fascinante y oscuro.

La novela es muchas veces un cuento, y como tal es repetitivo y a veces resulta difícil meterse en su historia, pero al mismo tiempo tiene unos personajes y una narración que siempre maravilla y sorprende. No es una lectura para atiborrarte, te pide que leas con calma, que disfrutes de este cuento de brujas y fantasmas, a ser posible en una noche lluviosa y por supuesto, acompañado de una taza de té.