Å·±¦ÓéÀÖ

La narrativa de Leonard es impecable: nada le sobra, nada le falta. Dice lo que tiene que decir a buen ritmo y con la fuerza adecuada.

Tiene una visión muy realista del Territorio, de la Frontera. Los apaches tienen una naturaleza muy distinta a la de los americanos, pero ambas se entienden como naturales y lógicas para cada sociedad. No hay juicios, no hay reproches, solo hay realidad y miedo.

A pesar de la crueldad y brutalidad de la naturaleza apache, Leonard no refleja odio en sus páginas, tan solo temor. Un temor parecido al que se tiene del desierto, se asume lo terrible que es y no se le odia por ello, tan solo se le teme y respeta por su inclemencia.

Al comenzar el libro pensaba que el hilo conductor, lo que relacionaría todos los relatos para incluirlos en esta antología, era el trato con los apaches, pero me equivocaba. Lo que une todos estos relatos es la crueldad del Territorio, del desierto, las penurias por las que pasan los protagonistas a causa de su naturaleza cruel y despiadada.

Está claro que la vida en el lejano oeste no era fácil, tanto hombres como mujeres necesitaban hacerse duros para poder sobreponerse y las personas cambian hasta puntos insospechados cuando está en juego su vida.
De esos cambios va esta antología.