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"Se miraron unos instantes, perdidos en los ojos de la persona que tenían delante. No era solo piel lo que había quedado expuesto aquella noche".

Después de decir con la boca demasiado grande que "esto es fantasía oscura y no romance" (porque efectivamente es lo que pienso del primer libro), toca recoger cable como una campeona. Porque he necesitado releer esta trilogía para darme cuenta de que es uno de mis romances favoritos entre todos los que he leído en mi vida. Y no me refiero solo a literatura que se centre en el romance (que sabéis que ahí no controlo mucho), sino en general. Sí, he llegado a obsesionarme un poquito con estos dos susodichos, pero qué le vamos a hacer. Una pilló esta historia en un momento personal un poco chungo y se lo dio TODO. Y al fin y al cabo, de eso va para mi la lectura.

Y perdonad que esta reseña sea un poco más fangirleo y menos reseña, pero es un tercer libro y poco más os puedo decir sin entrar en spoilers. Que sí, que sé que el primer libro cuesta, que es una barrera un poco grande y que quizá no entendáis mis palabras si solo habéis leído ese. Pero este es uno de los mayores "confía en el proceso" que os podéis encontrar por aquí. Cuando sabes todo el trasfondo y vives la evolución de los personajes, todo encaja.
Creo que mi libro favorito sigue siendo el segundo, pero este tampoco se queda muy atrás.

En fin, que me alegro mucho de haberme releído esta historia, de poder valorarla con otros ojos y de que llegase para mi en un momento perfecto. Se ha convertido en lectura confort, y dudo que sea la última vez que vuelvo a ella.