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Leí el libro por una recomendación de Juan Carlos Chirinos en El Nacional y, efectivamente, valió la pena. Una novela de policías, asesinatos e investigación para pasar el rato, que, como buena novela del género, comienza a complicarse por el camino, con un final inesperado y truculento.
El personaje principal, el teniente Kostas Jaritos, se diferencia de los detectives e investigadores tradicionales del género en que está casado, no podría decirse que felizmente casado, pero sí convencionalmente casado y las descripciones de las pequeñas peleas, que le dan un aire de naturalidad, de normalidad a la narración y, por supuesto, de humor:
La primera fase de la vida conyugal corresponde a la alegría de la convivencia. La segunda, a los hijos. La tercera y más importante, a los desquites. Cuando llegas a esa etapa ya puedes relajarte, porque sabes que nada va a cambiar>
Tal como plantea Chirinos, Atenas bien podría ser Caracas: caótica, llena de tráfico, con marcadas diferencias entre las zonas pobres y ricas de la ciudad, con policías veniales. También resulta interesante las cortas referencias a la dictadura griega y sus torturas, una época negra en Grecia.
En resumen, una entretenida y rápida lectura para pasar el rato.