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“I've always hated the notion, in life or in fiction, that the human personality is a puzzle to be solved, that we are a single flashback away from understanding why this person is cruel to her children, why that man has a dreamy, downcast look. A human being is not a lock and the past is not a key.”
― Elizabeth McCracken, The Hero of This Book

“Cuando pienso en la gratitud que se expande y se reproduce a sí misma en forma de cuidados, se me ocurre que cuidar a otros en la espiral de la gratitud es en realidad, el amor.”
― Alma Delia Murillo

“Du marché, j’ai rapporté un céleri-rave. J’aime beaucoup ces drôles de petites choses plissées à l’âme plus underground que leur cousin vert. Cependant, ce céleri-rave-ci, je vais avoir du mal à le manger. Trop humain, quasi mandragorien. Sa petite bouille me regarde à travers le sac et je craque. Je sais que l’accompagnement de mon repas est fichu lorsque j’entreprends de lui chercher un nom. Arthur ? Ça me rappelle mon vieil oncle édenté qui tirait sur sa pipe. Il est vrai que mon tubercule lui ressemble un peu, mais j’ai comme une pudeurâ€� Olivier (j’ai déjà décidé que mon céleri-rave est un garçon) en l’honneur du célèbre comédien avec qui il a en commun la grimace gobeline ? La référence est trop évidente, et puis c’est de mauvais goût de donner à une plante le nom d’une autre. J’opte finalement pour le nom composé Charles-Armand, dont je goûte la subtile allusion non appuyée. Après souper, je lui créerai peut-être un profil sur les réseaux sociaux.”
― Sylvie Bérard, Une sorte de nitescence langoureuse

“Se encontraban en algún lugar del campo, en casas abandonadas cerca de Mirasol, o en los bajos de nuestro edificio o en nuestra propia casa. Un encuentro rabioso, casi animal, en el límite de algún camino, contando con la protección de un muro resguardado; o, cuando no había mucho tiempo, en los bajos de nuestra casa, debiendo sortear las bolsas de basura que los vecinos abandonaban en las entradas; con cuidado para no tropezar con los charcos formados por el gotear de alguna tubería agujereada, obligados a aceptar la presencia intermitente de los enormes ratones que habían hecho sus nidos allí y cruzaban pegados a las paredes lanzando chillidos. Durante todo el tiempo de su cita estaban atentos a cualquier rumor que les alertara de la llegada imprevista de alguien, chaval o adulto, vecino o merodeador. " La mentira, p. 115”
― María-José Furió

“Toda literatura y toda guerra nacen en el corazón de una familia.”
― Alma Delia Murillo, La cabeza de mi padre

“Y me tatúo para que cuando yo desaparezca, me acompañen en el viaje de la descomposición de la carne, para saber que somos uno. Otra liturgia personal, otra herejía.”
― Alma Delia Murillo, La cabeza de mi padre