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“Salí a pasear con Salvador. Una tarde me propuso:
—Jeanne ¿no te inquieta saber si existe un más allá?
—Imagino que lo habrá
—Imaginar no sirve, es necesario SABERLO
—Si, tienes razón
Dalí se puso encantado con mi respuesta, tomó mis brazos con sus manos para mirarme fijamente en los ojos:
—Mira Jeanne, existe una manera de saberlo.
—¿C³Üá±ô?
—La muerte. Vamos a hacer un experimento, si estás de acuerdo, te mato ahora mismo y si hay un más allá, te me apereces y me lo confirmas.
—¡Estás loco! Mejor yo te mato a ti y tú te me apareces.
No le gustó la idea. Al final decidimos que el que muriera primero le avisaría al otro. Hace un año que murió y no se me ha aparecido: o se olvidó del pacto, o no hay nada más...”
― Jeanne Rucar De Bunuel, Memorias de una mujer sin piano