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Libro del desasosiego
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Fernando's review
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Sep 20, 2018
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Read 2 times. Last read December 12, 2022 to December 16, 2022.
“Un gran sosiego en la luz deja sentir que el cielo es ya casi todo azul. Pero no hay sosiego -¡ay de mí, ni lo habrá nunca!- en mi corazón, aljibe viejo en el fondo de una quinta vendida, memoria de la infancia clausurada al polvo en el sótano de una casa desconocida. No hay sosiego, ¡ay de mí! Y ni siquiera, el deseo de que lo haya…�
Es realmente difícil para un simple lector como yo reseñar libro de semejante envergadura, dado que cuesta mucho describir utilizando las palabras adecuadas lo que la lectura de este volumen de Fernando Pessoa genera en uno.
“El libro del desasosiego� es un libro inacabado e inacabable, inagotable, infinito.
Posee una variedad de sentimientos, emociones y reflexiones tan amplio que deja al desnudo cada pequeña partícula de ese ser tan especial que fue Fernando Pessoa.
Un ser humano único, vulnerable, soñador, desencantado, sentimental y solitario quien vivió toda su vida en la soledad y el retraimiento, acuciado por las enfermedades, arrestos de locura y los embates del alcohol que terminaron minando su vida.
Pessoa fue un ser de luz, cuyo talento innato para la poesía le hizo recalar en la prosa de una manera increíblemente bella. Es claro que cuando un poeta escribe prosa, el resultado será un texto con la misma intensidad y belleza que sus versos.
Uno abre este libro, que Pessoa escribió a partir de fragmentos entre 1913 y 1935, año de su muerte, y no importa en qué página se encuentre, lo que lea le llegará al corazón.
Todo es tan sutil, tan poético y melodiosamente armónico que queda uno extasiado ante tanto arrebato de fragilidad y sinceridad, sin vueltas, ni rodeos ni misterios.
Pessoa escribe a corazón abierto. Centra su prosa en aspectos muy claros y claves de su vida. Vive intensamente aferrándose a las pequeñas cosas que lo motivan a seguir de pie. Es estoico, desencantado, frágil, pero aún sueña. ¿Complejos? Bueno, obviamente que los tiene, pero no se guarda nada. Lo deja todo a la luz del cristal que el lector utiliza para llegar a él.
No puedo dejar de trazar un paralelismo entre Fernando Pessoa y Franz Kafka (especialmente en sus “Diarios�), ya que ambos autores luchan internamente contra la soledad además de un marcado síndrome de inferioridad, dado que sienten de forma similar más puntualmente en lo referente al amor, a la vida y a la muerte.
"Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más nítidamente que yo vea y comprenda la vida, no la puedo tocar", dice Pessoa con profundo desencanto.
"Me siento más inseguro de lo que he estado jamás, lo único que siento es la violencia de la vida. Y estoy absolutamente vacío", afirma Kafka en 1913.
Ambos escritores son contemporáneos y de la misma manera lo son sus pesares.
La escritura puede ser también una vía de escape como un sacrificio y logra torcer ambas voluntades.
Dice Pessoa: "He escrito, paseando, frases perfectas de las que después en casa, ya nada me acuerdo. No sé si la poesía infalible de esas frases formará parte de lo que fueron o parte de lo que no fueron nunca", concordando Kafka quien dice que "Cuando empiezo a escribir después de bastante tiempo sin hacerlo, saco palabras como del aire vacío. Si consigo una, es ella la única que está ahí y todo el trabajo vuelve a empezar desde el principio."
Con la muerte también sucede lo mismo, porque Pessoa declara que "Somos muerte. Esto que consideramos vida es el sueño de la vida real, la muerte de lo que verdaderamente somos", mientras que Kafka declara: "Morir no significa otra cosa que entregar la nada a la nada, pues, cómo podría uno, que es una nada, entregarse con conciencia a la nada."
Tal vez otros lectores enfoquen sus apreciaciones exclusivamente en Pessoa. Yo leí todo este libro con Kafka en mente porque todo eso que leía me remitía directamente al autor checo, dado que como propuse, ambas personalidades y vidas tienen demasiados puntos en común para dejarlas pasar.
La única diferencia clara es que Pessoa escribía utilizando heterónimos (llegó a crear setenta) siendo los más destacados los Bernardo Soares, que es el ayudante de tenedor de libros en Lisboa que supuestamente escribe este libro, Ricardo Reis, Álvaro de Campos o también el de Vicente Guedes, mientras que Kafka no se amparaba en ningún alter ego para su literatura.
Por el otro lado, ambas vidas concuerdan en lo solitario, la vida como empleados de oficinas, las relaciones esquivas y complejas con las mujeres y una constante presión ejercida sobre sí mismos, lo que les confería ese halo de desprotección y auto abandono:
"Conquisté, palmo a palmo, el terreno interior que nació mío. Demandé, metro a metro, el pantano en que me inmovilicé nulo. Parí mi ser infinito pero me arranqué a golpes de mí."
Además del epígrafe que abre esta reseña, resuena en mi cabeza constantemente un verso de una canción de Los redonditos de ricota en la que Solari canta “Siempre fui menos que mi reputación�, pues Pessoa constantemente descree de sí mismo, su inconformismo y su apatía por todo aquello que atrae a las personas comunes lo asquea, le repugna.
En un momento choqué con una frase que define cabalmente el desasosiego completo, absorbente y determinante que controla la vida de Fernando Pessoa: “Siento mi vida como si me golpearan con ella.�
"El libro del desasosiego" es una forma de intentar acercarse a la mente y el corazón de Fernando Pessoa y en cierta forma, mientras lo leemos, de tratar de conocernos a nosotros mismos.
Es realmente difícil para un simple lector como yo reseñar libro de semejante envergadura, dado que cuesta mucho describir utilizando las palabras adecuadas lo que la lectura de este volumen de Fernando Pessoa genera en uno.
“El libro del desasosiego� es un libro inacabado e inacabable, inagotable, infinito.
Posee una variedad de sentimientos, emociones y reflexiones tan amplio que deja al desnudo cada pequeña partícula de ese ser tan especial que fue Fernando Pessoa.
Un ser humano único, vulnerable, soñador, desencantado, sentimental y solitario quien vivió toda su vida en la soledad y el retraimiento, acuciado por las enfermedades, arrestos de locura y los embates del alcohol que terminaron minando su vida.
Pessoa fue un ser de luz, cuyo talento innato para la poesía le hizo recalar en la prosa de una manera increíblemente bella. Es claro que cuando un poeta escribe prosa, el resultado será un texto con la misma intensidad y belleza que sus versos.
Uno abre este libro, que Pessoa escribió a partir de fragmentos entre 1913 y 1935, año de su muerte, y no importa en qué página se encuentre, lo que lea le llegará al corazón.
Todo es tan sutil, tan poético y melodiosamente armónico que queda uno extasiado ante tanto arrebato de fragilidad y sinceridad, sin vueltas, ni rodeos ni misterios.
Pessoa escribe a corazón abierto. Centra su prosa en aspectos muy claros y claves de su vida. Vive intensamente aferrándose a las pequeñas cosas que lo motivan a seguir de pie. Es estoico, desencantado, frágil, pero aún sueña. ¿Complejos? Bueno, obviamente que los tiene, pero no se guarda nada. Lo deja todo a la luz del cristal que el lector utiliza para llegar a él.
No puedo dejar de trazar un paralelismo entre Fernando Pessoa y Franz Kafka (especialmente en sus “Diarios�), ya que ambos autores luchan internamente contra la soledad además de un marcado síndrome de inferioridad, dado que sienten de forma similar más puntualmente en lo referente al amor, a la vida y a la muerte.
"Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más nítidamente que yo vea y comprenda la vida, no la puedo tocar", dice Pessoa con profundo desencanto.
"Me siento más inseguro de lo que he estado jamás, lo único que siento es la violencia de la vida. Y estoy absolutamente vacío", afirma Kafka en 1913.
Ambos escritores son contemporáneos y de la misma manera lo son sus pesares.
La escritura puede ser también una vía de escape como un sacrificio y logra torcer ambas voluntades.
Dice Pessoa: "He escrito, paseando, frases perfectas de las que después en casa, ya nada me acuerdo. No sé si la poesía infalible de esas frases formará parte de lo que fueron o parte de lo que no fueron nunca", concordando Kafka quien dice que "Cuando empiezo a escribir después de bastante tiempo sin hacerlo, saco palabras como del aire vacío. Si consigo una, es ella la única que está ahí y todo el trabajo vuelve a empezar desde el principio."
Con la muerte también sucede lo mismo, porque Pessoa declara que "Somos muerte. Esto que consideramos vida es el sueño de la vida real, la muerte de lo que verdaderamente somos", mientras que Kafka declara: "Morir no significa otra cosa que entregar la nada a la nada, pues, cómo podría uno, que es una nada, entregarse con conciencia a la nada."
Tal vez otros lectores enfoquen sus apreciaciones exclusivamente en Pessoa. Yo leí todo este libro con Kafka en mente porque todo eso que leía me remitía directamente al autor checo, dado que como propuse, ambas personalidades y vidas tienen demasiados puntos en común para dejarlas pasar.
La única diferencia clara es que Pessoa escribía utilizando heterónimos (llegó a crear setenta) siendo los más destacados los Bernardo Soares, que es el ayudante de tenedor de libros en Lisboa que supuestamente escribe este libro, Ricardo Reis, Álvaro de Campos o también el de Vicente Guedes, mientras que Kafka no se amparaba en ningún alter ego para su literatura.
Por el otro lado, ambas vidas concuerdan en lo solitario, la vida como empleados de oficinas, las relaciones esquivas y complejas con las mujeres y una constante presión ejercida sobre sí mismos, lo que les confería ese halo de desprotección y auto abandono:
"Conquisté, palmo a palmo, el terreno interior que nació mío. Demandé, metro a metro, el pantano en que me inmovilicé nulo. Parí mi ser infinito pero me arranqué a golpes de mí."
Además del epígrafe que abre esta reseña, resuena en mi cabeza constantemente un verso de una canción de Los redonditos de ricota en la que Solari canta “Siempre fui menos que mi reputación�, pues Pessoa constantemente descree de sí mismo, su inconformismo y su apatía por todo aquello que atrae a las personas comunes lo asquea, le repugna.
En un momento choqué con una frase que define cabalmente el desasosiego completo, absorbente y determinante que controla la vida de Fernando Pessoa: “Siento mi vida como si me golpearan con ella.�
"El libro del desasosiego" es una forma de intentar acercarse a la mente y el corazón de Fernando Pessoa y en cierta forma, mientras lo leemos, de tratar de conocernos a nosotros mismos.
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September 8, 2018
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September 9, 2018
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September 11, 2018
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"Lo que escribo, aún sabiendo que es malo, puede dar sin embargo dar unos momentos de distracción de lo peor a uno u otro espíritu apenado o triste. Eso me basta o no me basta, pero de algún modo sirve, y así es toda la vida."
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75
September 18, 2018
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September 20, 2018
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Elessar
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Nov 01, 2018 08:32AM

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Es un libro que puedes leer durante todo el año. Y releerlo también. Es inagotable...
