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Solo puedo decir WOW.
Un libro diferente a cualquiera que haya leído. Un libro que te hace pensar, que te hace ver como es el ser humano, que te hace replantearte ciertas cosas...

Me parece una historia compleja, pero escrita de una forma sencilla de leer. Su lectura es muy ágil, a la cual ayudan los capítulos cortos.

Destacaría cinco cosas en este libro:

El personaje protagonista, Lilith. Es una mujer con una fortaleza mental impresionante. No solo hace frente a los Oankali ella sola, si no que además se va adaptando a la vida que tiene que llevar dentro de la nave; pero nunca perdiendo de vista su objetivo, no perder su humanidad y ayudar a los demás humanos a seguir siéndolo.
Su relación con Nikanj es super compleja. Por un lado parece que le quiere, o que le tiene cierto cariño al menos; pero por otro lado nunca olvida lo que es, y lo que nunca será. Nunca será humano.

Los Oankali. La raza extraterrestre que salva lo que queda de humanidad. Son tan diferentes físicamente al ser humano, que estos sienten horror, pavor, cuando los ven. Es verdad que al final se acostumbran, pero les cuesta.
Son descritos por Lilith como si fueran seres marinos, pero bípedos. Llenos de tentáculos por todo su cuerpo, con los que pueden sentir (ver, oler, tocar), y comunicarse entre ellos al entrelazar estos tentáculos.
Son una raza no jerárquica.

Los conflictos humanos, y entre humanos. Los seres humanos en esta novela no pueden evitar ser eso, muy humanos. Peleas, discusiones, envidias, celos, odio, desconfianza, sobre todo mucha desconfianza. Todas estas emociones hacen que como siempre no puedan convivir en paz.

Su ciencia. Los Oankali son comerciantes, se ganan la vida así. Y ¿con qué comercian? Con ellos mismos. Su ADN, genes, células. Llevan siglos comerciando con otras especies, sobre todo para mejorarse a si mismos, para poder evolucionar y mejorar.
Los Ooloi, el tercer género de esta raza, parecen ser los que se especializan en estudiar a otras razas, y también parece que son los que llevan a cabo los experimentos genéticos.

Y por último la nave. La nave de los Oankali es su casa. Hace siglos que ellos no tienen un planeta propio, así que hicieron de esta nave su hogar. La nave no se dice exactamente el tamaño que tiene, pero si se menciona que podría ser del tamaño de un pequeño planeta (al menos eso creo recordar).
Esta nave es un ser vivo en si, ni planta ni animal, pero ambas cosas al mismo tiempo.


Además en este libro se toca el tema de la identidad de género. Los Oankali se emparejan en tríos. Lo que llamaríamos las hembras, los machos, y un tercer género al que llaman Ooloi. Sin este último no pueden tener hijos.



Me alegra tanto haber podido conocer este libro y a su autora... Espero que el nombre de Octavia E. Butler se haga más conocido, porque se lo merece; se lo ha ganado.

Si lo leéis espero que lo disfrutéis tanto como yo. Si le dais una oportunidad no creo que os arrepintáis.