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El túnel
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"...en todo caso, habÃa un solo túnel, oscuro y solitario: el mÃo."
Me habÃa propuesto, hace un tiempo atrás releer "El túnel", la primera novela de Ernesto Sábato. No recordaba bien los pormenores de la historia. Se me habÃa borroneado. Qué sensación distinta es haberla leÃdo en ese entonces y cómo cambia la percepción de lo experimentado durante su lectura de ayer.
Reseñar un femicidio.
Aunque sea ficción, me cuesta bastante reseñarla hoy.
En estos tiempos que corren, en el que las mujeres alzan su voz, callada durante tantos años de machismo, patriarcado y misoginia leer "El túnel" resulta un tanto escabroso.
Uno trata de asimilar el pensamiento del femicida: "¡Qué implacable, qué frÃa, qué inmunda bestia puede haber agazapada en el corazón de la mujer más frágil!" y se le retuercen las tripas.
Frases como estas se pueden encontrar en toda la novela. Son chocantes, duras, crueles. Debo reconocer la sangre frÃa que Sábato tuvo para escribirlas y aún no sentir cierta repulsión interna.
No indagué acerca de ello pero tiene que haber habido ciertos resortes en su interior. Sigo percibiendo algo oscuro en la literatura de Sábato. Algo incómodo, como cierto escozor que no puedo aplacar.
Hay mucha similitud entre Juan Pablo Castel y Fernando Vidal Olmos. Ambos son cÃnicos, misóginos, irónicos, violentos...
En este libro, como sucede con "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel GarcÃa Márquez no importa el 'cómo' sino el 'por qué'. Por qué suceden las cosas de este modo, por qué terminan tan mal y no pueden evitarse.
Libros como este hoy dÃa son difÃciles de leer. Lo mismo me sucederÃa si releyera "La sonata a Kreutzer" de Lev Tolstói, en el que el narrador cuenta frÃamente su homicidio y uxoricidio. Hay patrones en común entre ambas novelas.
Juan Pablo Castel es violento ya desde el primer encuentro. MarÃa es vacilante, extraña, hermética. Cómo si guardara un gran secreto.
Y el hervidero de ideas de Juan Pablo hacen de él una bomba de tiempo cuando cuenta o narra lo que le está sucediendo, se cristaliza en un ser cÃnico, irónico y siempre misógino. Histérico.
La de Juan Pablo y MarÃa es una relación enfermiza y ninguno de los dos puede hacer nada al respecto, más allá de que Castel lo confunda todo, de que tenga celos de Hunter, el primo de MarÃa, creyendo que son amantes.
Pero sus ideas... sus ideas son las que alimentan esta historia y desestabilizan al lector:
"Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas."
"La vida aparece a la luz de este razonamiento con la muerte, que serÃa asÃ, una especie de despertar. ¿Pero despertar a qué? Esa irresolución de arrojarse a la nada absoluta y eterna me ha detenido en todos los proyectos de suicidio."
"Mientras oÃa los latidos de su corazón junto a mis oÃdos y mientras su mano acariciaba mis cabellos, sombrÃos pensamientos se movÃan en la oscuridad de mi cabeza, como en un sótano pantanosos; esperaban el momento de salir, chapoteando, gruñendo sórdidamente en el barro."
"¿O serÃa o el monstruo ridÃculo? ¿Y no se estarÃan riendo de mà en ese instante? ¿Y no serÃa yo el imbécil, el ridÃculo hombre del túnel y de los mensajes secretos?"
En un libro plagado de estas reflexiones surgidas de una mente retorcida como la de Castel es imposible avisorar un final bueno.
Dicen que esta novela le encantó a Albert Camus. Ante ese existencialismo enfermo debe haber trazado ciertas conexiones con el Meursault de su libro "El extranjero".
Volviendo a mÃ, estuve repasando algunas reseñas de lectoras a las que les ha fascinado esta novela. Algunas hasta han sentido conmiseración por el personaje de Juan Pablo Castel.
Yo siento que me encantarÃa que los femicidios fueran sólo el tema de una ficción, de una novela. Pero son reales, las mujeres siguen muriendo a manos de hombres nacidos de mujeres.
Y eso aterra.
Me habÃa propuesto, hace un tiempo atrás releer "El túnel", la primera novela de Ernesto Sábato. No recordaba bien los pormenores de la historia. Se me habÃa borroneado. Qué sensación distinta es haberla leÃdo en ese entonces y cómo cambia la percepción de lo experimentado durante su lectura de ayer.
Reseñar un femicidio.
Aunque sea ficción, me cuesta bastante reseñarla hoy.
En estos tiempos que corren, en el que las mujeres alzan su voz, callada durante tantos años de machismo, patriarcado y misoginia leer "El túnel" resulta un tanto escabroso.
Uno trata de asimilar el pensamiento del femicida: "¡Qué implacable, qué frÃa, qué inmunda bestia puede haber agazapada en el corazón de la mujer más frágil!" y se le retuercen las tripas.
Frases como estas se pueden encontrar en toda la novela. Son chocantes, duras, crueles. Debo reconocer la sangre frÃa que Sábato tuvo para escribirlas y aún no sentir cierta repulsión interna.
No indagué acerca de ello pero tiene que haber habido ciertos resortes en su interior. Sigo percibiendo algo oscuro en la literatura de Sábato. Algo incómodo, como cierto escozor que no puedo aplacar.
Hay mucha similitud entre Juan Pablo Castel y Fernando Vidal Olmos. Ambos son cÃnicos, misóginos, irónicos, violentos...
En este libro, como sucede con "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel GarcÃa Márquez no importa el 'cómo' sino el 'por qué'. Por qué suceden las cosas de este modo, por qué terminan tan mal y no pueden evitarse.
Libros como este hoy dÃa son difÃciles de leer. Lo mismo me sucederÃa si releyera "La sonata a Kreutzer" de Lev Tolstói, en el que el narrador cuenta frÃamente su homicidio y uxoricidio. Hay patrones en común entre ambas novelas.
Juan Pablo Castel es violento ya desde el primer encuentro. MarÃa es vacilante, extraña, hermética. Cómo si guardara un gran secreto.
Y el hervidero de ideas de Juan Pablo hacen de él una bomba de tiempo cuando cuenta o narra lo que le está sucediendo, se cristaliza en un ser cÃnico, irónico y siempre misógino. Histérico.
La de Juan Pablo y MarÃa es una relación enfermiza y ninguno de los dos puede hacer nada al respecto, más allá de que Castel lo confunda todo, de que tenga celos de Hunter, el primo de MarÃa, creyendo que son amantes.
Pero sus ideas... sus ideas son las que alimentan esta historia y desestabilizan al lector:
"Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas."
"La vida aparece a la luz de este razonamiento con la muerte, que serÃa asÃ, una especie de despertar. ¿Pero despertar a qué? Esa irresolución de arrojarse a la nada absoluta y eterna me ha detenido en todos los proyectos de suicidio."
"Mientras oÃa los latidos de su corazón junto a mis oÃdos y mientras su mano acariciaba mis cabellos, sombrÃos pensamientos se movÃan en la oscuridad de mi cabeza, como en un sótano pantanosos; esperaban el momento de salir, chapoteando, gruñendo sórdidamente en el barro."
"¿O serÃa o el monstruo ridÃculo? ¿Y no se estarÃan riendo de mà en ese instante? ¿Y no serÃa yo el imbécil, el ridÃculo hombre del túnel y de los mensajes secretos?"
En un libro plagado de estas reflexiones surgidas de una mente retorcida como la de Castel es imposible avisorar un final bueno.
Dicen que esta novela le encantó a Albert Camus. Ante ese existencialismo enfermo debe haber trazado ciertas conexiones con el Meursault de su libro "El extranjero".
Volviendo a mÃ, estuve repasando algunas reseñas de lectoras a las que les ha fascinado esta novela. Algunas hasta han sentido conmiseración por el personaje de Juan Pablo Castel.
Yo siento que me encantarÃa que los femicidios fueran sólo el tema de una ficción, de una novela. Pero son reales, las mujeres siguen muriendo a manos de hombres nacidos de mujeres.
Y eso aterra.
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message 1:
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Berenice
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Aug 09, 2019 10:04AM

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Gracias...


En primer lugar, te agradezco el haberte tomado el tiempo de escribir algo más que un comentario, sino un punto de vista muy valioso acerca de este libro, que le da un brillo especial a mi reseña.
Cuando leà "El túnel" hace años atrás, no recalé en ciertos aspectos que hoy escribà cuando lo reseñé.
Lamentablemente, no puedo verlo desde otro punto de vista. No puedo.
Ya lo sé. Me vas a decir: "pero Fernando, es ficción" y te daré la razón, pero me cuesta verlo desde otra manera que no sea el espanto.
No digo que Sábato se identifique con Castel, pero convengamos que su literatura es un tanto oscura y pesimista. Yo no sé cuál es el tenor que quiere darle a sus personajes, pero si vamos a Vidal Olmos de "Informe sobre ciegos" (no leà "Sobre héroes y tumbas" completo), este no se distancia mucho de Castel.
Tampoco considero a Sábato lo mejor de la literatura argentina. Sacando a Borges y Cortázar, puedo afirmar que escritores como Marechal o Arlt lo superan, especialmente en versatilidad literaria.
Volviendo a esta novela, como comentara previamente, me costó muchÃsimo digerirla. Me dejó un gusto amargo. Ese final, con una repetición insana de cuchilladas en el pecho de MarÃa me superó.
SÃ, es verdad, es ficción. Por eso, como lectora entiendo tu posición, pero la temática de esta novela no puede dejar indiferente a ninguna mujer.


Seguramente. Gracias por leerla.


Gracias Carlos, como siempre. Me encantarÃa que alguna vez pueda leerlo para brindarme su importante opinión. Y es verdad, no me habÃa pasado por la cabeza que Raskólnikov es un doble femicida.
Respecto al libro de Tolstoi, el pensamiento de Pódnyshev se decanta de la crisis matrimonial en la que estaba inmerso el autor, quien deformó aún más su psique para delinear a semejante personaje.


Se agradece. Esperemos que este tema permanezca eternamente en la ficción...

Por mi parte, está segundo abuelita. A este libro me hizo notar ese patetismo desesperante que tiene Castel, que lo hace un personaje bastante relacionable con la realidad, a la vez que su narración me parece más una forma de justificarse: no soy malo, solo estaba enamorado y me lastimaron.
Siempre es un gusto leer tus reseñas, Fernando