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Retratar un trozo de vida o más bien analizarlo, diseccionarlo con todos sus elementos, sin omitir nada. En concreto todo lo sucedido en un lugar determinado a lo largo del tiempo.

Específicamente un inmueble de París. Se trata de describir todos los espacios, los muebles, sus habitantes presentes y pasados, las relaciones entre ellos, en resumen, toda la vida que ha tenido lugar en ese punto. Todo ello organizado con la estructura de un puzzle y con un relato que se va moviendo entre los diferentes pisos como el caballo del juego de ajedrez.

El resultado es� abrumador. Hay tanta información que es difícil de asimilarlo todo, pero, en fin, es lo que hacemos en nuestro día a día, ¿o no? Realmente Perec propone un desafío literario del calibre del Ulises de Joyce, un desarrollo de la novela como herramienta de comprensión de la realidad. El famoso espejo de Stendahl se convierte aquí en un microscopio que nos quiere mostrar absolutamente todo, pero no ya los pensamientos como Joyce o Virginia Woolf, sino también las cosas materiales.

No es una obra cualquiera. La pregunta es si la experiencia lectora es placentera. En mi caso la respuesta es difícil. Sí, aprecio el mérito pero creo que requiere un nivel de concentración como un tratado de física y realmente para seguir bien la novela hay que consultar los planos, listas de personajes y otra información para no perderse. O dejarse llevar por la bella prosa de Perec, aunque a veces no sepas lo que estás leyendo. Creo que yo no lo leí bien, pero pensar en una segunda lectura me asusta un poco: es que no me da la vida para tanto!

Para el que esté interesado, aconsejo leer la entrada de Wikipedia primero, le aportará información útil: