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"Entendí demasiado bien las palabras de Snaut -si suponía que existía algún Snaut y que alguna vez había hablado con él, porque las alucinaciones podían haber comenzado mucho antes-, fulminado por algún ataque de actividad mental, y todo lo que había vivenciado era una creación de mi cerebro dañado."

Llevaba mucho tiempo con ganas de leer este libro del afamado Stanislaw Lem porque muchos lectores habían expresado excelentes críticas sobre él.
Debo reconocer que es una novela estupenda orientada, dentro de una sofisticada ambientación de la ciencia ficción a la cuestión de la naturaleza humana, a nuestras reacciones y sentimientos.
La cuestión central aquí es el planeta Solaris.
La extraña atmósfera de Solaris que impregna a todo aquel que respira su aire.
El solo hecho de caminar esa estación espacial emplazada allí altera a todos.
Kris Kelvin, un psicólogo enviado desde la Tierra para observar y analizar el comportamiento de los pocos humanos que viven allí termina convirtiéndose en uno más de ellos.
Las extrañas fuerzas que Solaris imprime en ellos lo confunde todo.
Kelvin tiene que dilucidar qué sucedió con Gibarian, un científico que se ha suicidado y que la vez lidiar con personajes: Snaut y Sartorius que trabajan en la estación de Solaris, afecta a todos con desórdenes psicológicos importantes y logra que el propio Kelvin sucumba a esa atmósfera ilusoria,  onírica, que confunde los límites de la realidad.
Es que Kelvin cree estar acompañado de  Hareys, su esposa ya fallecida de Kelvin con quien cree convivir.
Sea por diálogos,  sueños, alucinaciones o alteración de la imaginación, los personajes y muy especialmente Kelvin estarán sometidos a altas presiones psicológicas.
Realmente una novela atrapando, brillantemente narrada por Lem que además no me necesita forzar las características de la ciencia ficción clásica para brindarnos una historia que nos acerca más como seres humanos.