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El infinito en un junco: La invención de los libros en el mundo antiguo
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“El oficio de pensar el mundo existe gracias a los libros y a la lectura�
Otro gran libro con un gran título. Dividido en dos grandes partes, Grecia y Roma, esta obra nos deja una muy larga y dulce reflexión sobre el mundo clásico, sobre sus hombres sabios, sobre el largo camino de los libros y todo lo que significan, sobre el pensamiento, el oficio del lector, las bibliotecas y muchos temas más en derredor de los libros en el mundo antiguo; pero al mismo tiempo derrama un poco de la sabiduría de aquellos viejos y prodigiosos habitantes de la antigüedad que han contribuido a hacer nuestras vidas más luminosas y ligeras. El libro nos sitúa cuando Oriente era el foco de la civilización y Occidente el territorio oscuro y bárbaro del mundo. Debo confesar que antes de la lectura de esta obra me encontraba totalmente perdido en ese mundo antiguo, ahora lo sigo estando pero un poco menos.
Un libro festivo, lleno de cosas agradables y asombrosas, plagado de reflexiones, de propuestas, de certeras afirmaciones; de frases y capítulos enteros que nos regocijan y algunos pocos que nos pueden entristecer como es el caso de esa milenaria plaga llamada esclavitud humana, o también como las desgraciadas destrucciones de libros y bibliotecas. Además incluye numerosas referencias de libros y películas que abonan a nuestros conocimientos y de las que es bueno tomar nota. En suma, un libro para celebrar de la joven escritora española Irene Vallejo (1979) a quien con anterioridad la había leído en sus columnas periodísticas las cuales ya me habían cautivado por su concisión, inteligencia y sensibilidad.
Dentro de la parte dedicada a la antigua Grecia la autora nos habla de la transición de la oralidad a la palabra escrita, de la invención del alfabeto, de la importante aportación que significó el escribir en prosa, ya que antes sólo se hacía en verso. Es probable que todo esto fuera tan impactante como posteriormente lo fue la invención de la Imprenta o el surgimiento de la Internet. Es indudable que debido a lo anterior nuestra visión del mundo se ha ido modificando por completo ya que el aprendizaje de la escritura desencadenó cambios increíbles y posteriormente la prosa se convirtió en un poderoso vehículo para dar a conocer hechos y teorías. Tal vez algo más asombroso aún, lo estemos viviendo con la Internet que, entre otras cosas, está cambiando el uso de la memoria y del saber.
Me ha fascinado ese concepto de los griegos para incitarnos a construir una obra de arte con nuestro interior, para modelarlo como se modela un cuadro o un edificio, para construirlo con lo necesario para hacer de él una obra de arte, para aspirar a edificar un tipo de hombre marcado por la virtud. De la mano de este concepto también podemos encontrar la idea de la Paideia (formación para consagrar la vida a la virtud y a la consecución de valores para vivir en sociedad) que posteriormente los Romanos la adaptaron al término latino Humanitas; los ecos de esta luminosa idea llegan al siglo XVIII a través de la Enciclopedia Ilustrada.
Gracias a este libro de la escritora española he podido revalorar un tanto el espectro de Homero que se sigue alargando a través de los siglos. A pesar de que la Ilíada y la Odisea pertenecen a otro mundo, a uno que no conocimos, Homero sigue vivo de alguna forma a pesar del transcurso de cerca de tres mil años, casi mil años más que Jesucristo que, por cierto y hasta donde se sabe, no dejó nada escrito, a excepción de algunas palabras esbozadas sobre la huidiza arena cuando lanzó su famosa arenga: “el que esté libre de culpa, que lance la primera piedra�.
La parte dedicada a Roma nos lleva también hacia un mundo desafiante y turbador por varias razones. En especial se destacó por su impresionante maquinaria bélica, así como por su organización política y por las grandes conquistas de tierras que además de llevar a un tamaño colosal al Imperio Romano, le daba la posibilidad de seguir obteniendo mayores riquezas a través de los miles y miles de esclavos que capturaban para su beneficio, en especial para los señores del dinero y del poder, tal y como se ha hecho siempre.
Los romanos además de ser unos grandes conquistadores, supieron aprovechar el sustrato Griego y sobre él construyeron su épica, su lírica, su tragedia, su comedia, su filosofía y su oratoria, creando una especie de mestizaje sin precedentes y habiendo destacado un sinnúmero de hombres y asombrosamente algunas precursoras y rebeldes mujeres como Sulpicia. Dentro de todo el cúmulo de brillantes, circunspectos y honorables hombres romanos me gustó la personalidad que se nos pinta de Ovidio como un hombre brillante, desenfadado, divertido, sociable, hedonista, sin grandes pretensiones de honores o fama como la gran mayoría. Desafortunadamente Ovidio terminó desterrado, por inmoral, en las muy lejanas fronteras del gran Imperio.
Grecia y Roma, Roma y Grecia dos imperios asombrosos que marcan el inicio de la cultura europea tal y como la conocemos actualmente y de lo que la autora nos da parte combinando el rigor histórico con dosis de ficción y algunas anécdotas, haciendo un gran esfuerzo de acopio de datos y de profundas investigaciones.
En fin, que la escritura, que se ha plasmado en todos los materiales que han sido utilizados a través del tiempo para preservarla como el junco, la tierra, la arcilla, la piedra, los pergaminos y el papel, ha servido como antídoto contra el olvido y como un pasaporte hacia el futuro. ¿Quiénes seríamos hoy si hubiésemos perdido todo el recuerdo de los grandes hallazgos y de las grandes ideas?
Otro gran libro con un gran título. Dividido en dos grandes partes, Grecia y Roma, esta obra nos deja una muy larga y dulce reflexión sobre el mundo clásico, sobre sus hombres sabios, sobre el largo camino de los libros y todo lo que significan, sobre el pensamiento, el oficio del lector, las bibliotecas y muchos temas más en derredor de los libros en el mundo antiguo; pero al mismo tiempo derrama un poco de la sabiduría de aquellos viejos y prodigiosos habitantes de la antigüedad que han contribuido a hacer nuestras vidas más luminosas y ligeras. El libro nos sitúa cuando Oriente era el foco de la civilización y Occidente el territorio oscuro y bárbaro del mundo. Debo confesar que antes de la lectura de esta obra me encontraba totalmente perdido en ese mundo antiguo, ahora lo sigo estando pero un poco menos.
Un libro festivo, lleno de cosas agradables y asombrosas, plagado de reflexiones, de propuestas, de certeras afirmaciones; de frases y capítulos enteros que nos regocijan y algunos pocos que nos pueden entristecer como es el caso de esa milenaria plaga llamada esclavitud humana, o también como las desgraciadas destrucciones de libros y bibliotecas. Además incluye numerosas referencias de libros y películas que abonan a nuestros conocimientos y de las que es bueno tomar nota. En suma, un libro para celebrar de la joven escritora española Irene Vallejo (1979) a quien con anterioridad la había leído en sus columnas periodísticas las cuales ya me habían cautivado por su concisión, inteligencia y sensibilidad.
Dentro de la parte dedicada a la antigua Grecia la autora nos habla de la transición de la oralidad a la palabra escrita, de la invención del alfabeto, de la importante aportación que significó el escribir en prosa, ya que antes sólo se hacía en verso. Es probable que todo esto fuera tan impactante como posteriormente lo fue la invención de la Imprenta o el surgimiento de la Internet. Es indudable que debido a lo anterior nuestra visión del mundo se ha ido modificando por completo ya que el aprendizaje de la escritura desencadenó cambios increíbles y posteriormente la prosa se convirtió en un poderoso vehículo para dar a conocer hechos y teorías. Tal vez algo más asombroso aún, lo estemos viviendo con la Internet que, entre otras cosas, está cambiando el uso de la memoria y del saber.
Me ha fascinado ese concepto de los griegos para incitarnos a construir una obra de arte con nuestro interior, para modelarlo como se modela un cuadro o un edificio, para construirlo con lo necesario para hacer de él una obra de arte, para aspirar a edificar un tipo de hombre marcado por la virtud. De la mano de este concepto también podemos encontrar la idea de la Paideia (formación para consagrar la vida a la virtud y a la consecución de valores para vivir en sociedad) que posteriormente los Romanos la adaptaron al término latino Humanitas; los ecos de esta luminosa idea llegan al siglo XVIII a través de la Enciclopedia Ilustrada.
Gracias a este libro de la escritora española he podido revalorar un tanto el espectro de Homero que se sigue alargando a través de los siglos. A pesar de que la Ilíada y la Odisea pertenecen a otro mundo, a uno que no conocimos, Homero sigue vivo de alguna forma a pesar del transcurso de cerca de tres mil años, casi mil años más que Jesucristo que, por cierto y hasta donde se sabe, no dejó nada escrito, a excepción de algunas palabras esbozadas sobre la huidiza arena cuando lanzó su famosa arenga: “el que esté libre de culpa, que lance la primera piedra�.
La parte dedicada a Roma nos lleva también hacia un mundo desafiante y turbador por varias razones. En especial se destacó por su impresionante maquinaria bélica, así como por su organización política y por las grandes conquistas de tierras que además de llevar a un tamaño colosal al Imperio Romano, le daba la posibilidad de seguir obteniendo mayores riquezas a través de los miles y miles de esclavos que capturaban para su beneficio, en especial para los señores del dinero y del poder, tal y como se ha hecho siempre.
Los romanos además de ser unos grandes conquistadores, supieron aprovechar el sustrato Griego y sobre él construyeron su épica, su lírica, su tragedia, su comedia, su filosofía y su oratoria, creando una especie de mestizaje sin precedentes y habiendo destacado un sinnúmero de hombres y asombrosamente algunas precursoras y rebeldes mujeres como Sulpicia. Dentro de todo el cúmulo de brillantes, circunspectos y honorables hombres romanos me gustó la personalidad que se nos pinta de Ovidio como un hombre brillante, desenfadado, divertido, sociable, hedonista, sin grandes pretensiones de honores o fama como la gran mayoría. Desafortunadamente Ovidio terminó desterrado, por inmoral, en las muy lejanas fronteras del gran Imperio.
Grecia y Roma, Roma y Grecia dos imperios asombrosos que marcan el inicio de la cultura europea tal y como la conocemos actualmente y de lo que la autora nos da parte combinando el rigor histórico con dosis de ficción y algunas anécdotas, haciendo un gran esfuerzo de acopio de datos y de profundas investigaciones.
En fin, que la escritura, que se ha plasmado en todos los materiales que han sido utilizados a través del tiempo para preservarla como el junco, la tierra, la arcilla, la piedra, los pergaminos y el papel, ha servido como antídoto contra el olvido y como un pasaporte hacia el futuro. ¿Quiénes seríamos hoy si hubiésemos perdido todo el recuerdo de los grandes hallazgos y de las grandes ideas?
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El infinito en un junco.
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June 3, 2021
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June 3, 2021
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July 19, 2021
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Started Reading
August 16, 2021
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Finished Reading
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message 1:
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David
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rated it 5 stars
Aug 16, 2021 11:07AM

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Gracias, David. Creo que este libro nos gusta a todos los lectores, ya vi tu reseña y es estupenda y sabia.

Gracias Rafa, siempre tan atento y amable. Espero puedas leer pronto este libro y quedo en espera de tu reseña, me interesan tus comentarios.
