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4,25/5, que corresponde a 4 estrellas, y esta es mi reseña.

El título de la obra ya nos predispone a enfrentarnos a una historia epistolar que una desconocida remite al destinatario y, por lo tanto, sin posibilidad de réplica. A este destinatario se le identifica en el encabezamiento como "A ti, que nunca me has conocido". Nos encontramos ante una obra escrita por Stefan Zweig en 1922, y la moral y las estrictas costumbres de entonces dan pleno sentido a lo que se nos va a relatar, y conviene tenerlo en cuenta. Para mayor contundencia, al comienzo de la carta, ella escribe:

"Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hora hasta la última hora".

Es fácil ponerse aquí en la piel del destinatario y calibrar el impacto de esta frase, tras la que la remitente expresa lo que persigue con la carta:

"Sólo quiero una cosa de ti, que creas todo lo que te confiesa mi dolor, un dolor que sólo busca amparo en ti ... Quiero descubrirte toda mi vida, la verdadera, que empezó el día en que te conocí".

No se puede decir que con estos preámbulos, uno no sienta curiosidad. Y aquí Zweig, con su magistral dominio literario a la hora de exponer los sentimientos de las personas y con exquisita precisión en el vocabulario, empieza a desgranar la historia de esta mujer y de su amor obsesivo por este hombre desde su juventud hasta ese momento, exponiendo además que acaba de morir su único hijo:

"Me consolarán, me dirán cualquier cosa, palabras, palabras, ¿de qué me servirán? Sé que después tendré que volver a estar sola, y no hay nada más terrible que estar sola cuando estás rodeada de gente".

Con respecto a la historia, no entraré en detalles para no hacer spoiler, pero sí diré que es una novela corta en la que Zweig despliega su maestría, para que ella nos cuente todos los avatares de su vida y su relación con el destinatario de la carta, de manera brillante. Lógicamente, debe tenerse en cuenta el año de su publicación para entender mejor el impacto de la historia narrada, como ya ha quedado dicho antes.

Para aquellos que seáis cinéfilos, hay también una película estrenada en 1948, titulada "Carta a una desconocida", en la que Jean Fontaine cuaja una gran interpretación de la protagonista, y cuyo guion es bastante fiel a la novela, excepto en algunos detalles, precisamente atendiendo sin duda a la moral de la época y a su mejor adaptación al cine.

"Tu mirada era cada vez más abrasadora y me dejó enardecida. No sabía si al fin me habías reconocido o, si una vez más, me deseabas como a cualquier otra, como a una desconocida".

Aunque la moral y costumbres actuales son muy distintas de las que imperaban hace un siglo (esto es lo que explica mis 4 estrellas), y teniendo en cuenta la brevedad de la novela, recomiendo claramente su lectura.