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7,5/10

Tal vez sea porque me ha pillado una mala época, primero vacaciones y luego estuve enfermo, pero lo cierto es que no terminé de disfrutar esta novela como las anteriores. Quiero decir, gustarme me ha gustado, pero no ha llegado al punto de enganche de no retorno en el cual solo quieres leer y leer.

La trama nos sitúa de nuevo bajo el POV de Matthew Shardlake, abogado con escrúpulos del colegio de Lincoln en el convulso Londres del siglo XVI. Ha pasado algo más de un año desde su última aventuras, gracias a las cuales Matthew se ganó el favor de gente importante y un buen puesto de trabajo. Pero una vez más la tranquilidad será efímera en su modo de vida, un gran amigo suyo resulta asesinado de una forma ritual bastante desagradable, y por lo visto no es el único asesinato de ese estilo. La política/religión del momento volverán a estar en el punto de mira de la trama principal y debido al sentido de justicia de nuestro protagonista, se verá inmerso de nuevo en una aventura que podría costarle la vida tanto a él como a sus seres más cercanos.

Aunque la historia está bien, de hecho creo que incluso la trama principal está más trabajada que alguno de los libros previos, no me ha llegado a enganchar tanto y eso se ha notado a la hora de leerlo. Las secundarias que se entrelazan con la principal, han cumplido sin más y al final aunque el conjunto luce bien y es agradable, le falta un algo que no ha terminado de satisfacerme del todo. Como comentaba seguramente ha sido el momento de leerlo, pero en cualquier caso hay que evaluar a razón de lo leído y disfrutado, y mi disfrute ha sido notable, pero muy lejos del excelente.

El quinto si no me equivoco es el más flojo de la saga, así que iré con expectativas bajas, a ver si me sorprende para bien.