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4.5/5 Estrellas

Absoluta obra maestra del género.

Magnífica en el desarrollo de los personajes, superlativa en la consecución de una tensión narrativa atrapante que no te deja soltar el libro en ningún momento y, cuando lo haces, estás soñando con volver a cogerlo, brutal en el desarrollo del método policial. Quizá demasiado canónica en el esquema de la trama y los principales giros, pero se perdona sobradamente por lo excelso del resultado final.

La parada y fonda en la serie de Harry Bosch, me ha llevado a otro de los personajes del universo Boschiano, Jack MacEvoy. Tengo que agradecer a M. Carmen que me recomendara esta parada antes de seguir a todo galope con la serie. Aquí no aparece Harry, pero el caso es espectacular, y creo que conecta con la saga en el siguiente: "Cauces de Maldad", porque si he de buscarle un pero al libro, es que la historia se queda inconclusa, quizá a la espera de la aparición de Bosch.

Asesinos en serie, suicidios de policías, mensajes inspirados en los poemas de Poe, FBI y un desconocido periodista que empieza a tirar de un hilo que nadie, nadie, había sido capaz de detectar.: MacEvoy. ¿le dejarán investigar? ¿Será capaz de convencer a los poderes fácticos de que hay gato encerrado? ¿lo utilizarán para sus fines y luego le darán una patadita en el culo?

Una de las cosas que más me gustan de haber llegado tarde a esta serie es ir viendo la aplicación de las nuevas tecnologías al método policial. En esta entrega (1995), vemos al personal ya con portátiles y móviles, tirando de internet vía módem y conexión telefónica. Qué tiempos aquellos ¿eh?. Pero esto también proporciona un inmenso campo de expansión a los malos.......

Lo dicho una jodida obra maestra del género y un clásico con todas las letras.

No puedo demorarme con "Cauces de Maldad", que lo tengo fresquito.