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Si tu mente aguanta este viaje al universo lisérgico de Philip K. Dick y su entorno, seguramente disfrutarás de este libro, que como todo lo que escribe Carrère es impactante. Y es que la vida de este autor me ha parecido más extraña aún que sus novelas, con una serie de personajes - parejas, amistades y otros familiares - dignos de la mejor ficción. Drogas, enfermedad mental, exploración de nuevos límites... todo ello enmarcado en la apasionante California de la efervescencia contracultural, un contexto que de alguna manera le permitía normalizar su comportamiento.

También se intercalan abundantes fragmentos de sus obras, relacionándolos con los momentos vitales en que fueron escritos, con lo cual los buenos conocedores de su ficción - lamentablemente no es mi caso - lo apreciarán todavía más.

Yo lo he disfrutado y eso que, en algunos momentos, me he sentido algo mareada, todo hay que decirlo.