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Qué bendita locura, esta quinta parte es una maravilla.

Ha sido de momento la novela que más me ha gustado de Malaz, quizá esté al mismo nivel que Memorias de Hielo pero el problema que tuve con esta es que me pilló en una época con poco tiempo para leer e iba avanzando demasiado lento. En cualquier caso son dos novelas enormes.

Para sorpresa mía Mareas de Medianoche no continua donde acabó cualquiera de los libros anteriores, no, nos lleva cronológicamente al inicio y eso que estamos ya en el quinto libro y con más de cuatro mil páginas a la espalda, esto es una locura, pero ¿acaso importa? la verdad es que no, es maravilloso.
De hecho, mirando algunas guías de lectura, hay gente que incluso ha empezado por este para ir avanzando por orden cronológico, que barbaridad. Lo de esta saga es digno de estudio.

Tras un prólogo espectacular que casi merece una reseña aparte, Erikson nos lleva a una nueva ubicación y narra con su habitual maestría el conflicto entre los tiste edur, raza que ya conocíamos pero no en profundidad y el imperio humano de los letherii, este al menos yo no lo conocía, si en algún libro se nombró mi mente no lo retuvo.
Tenemos batallas, tramas, sub-tramas, y buenos personajes. Esto es algo que ya hemos visto en los libros anteriores, pero el punto a favor de Mareas de Medianoche es que todo se desarrolla en un sitio en concreto y para el lector -al menos para mí- no ha sido tan caótico.

—¿Debemos encontrarle sentido a todo esto? —preguntó Casco.

Ja! pardillo! Yo al menos en este se lo encuentro e incluso me estoy enterando de mas cositas.

Hasta aquí hablaré de lo que ocurre dentro de las páginas, cada uno que lo descubra por si mismo.

Excepto Trull Sengar, todos los personajes son nuevos. Hay unos cuantos que son principales (tienen point of view) y otro buen puñado de secundarios. Vuelvo a repetir lo que ya comenté en libros anteriores; es increíble la capacidad de Erikson de crear grandísimos personajes, no me cansaré de decir esto.

Y aquí tengo que hacer una mención especial a Tehol y Bicho, dos personajes muy entrañables. Al margen de que puedan tener un peso importante en la saga, sus conversaciones te hacen tener una sonrisa de oreja a oreja, se podrían ganar la vida como dúo cómico.
Y eso se agradece porque si le tengo que poner un pero a Malaz, es que gran parte de sus personajes se exceden en sus profundas reflexiones, sus tormentos, etc y eso a veces satura un poco. Así que estos dos personajes son un soplo de aire fresco. Me recordaban a Sinuhé y Kaptah de la novela Sinuhé el Egipcio.

—Limpia un poco por aquí.
—Si tengo tiempo.

El último tramo del libro ha sido un auténtico frenesí donde todo converge.

Poco más que añadir. Ya en el ecuador de esta grandiosa saga, cinco libros por delante, más de cinco mil páginas que me esperan y muchas sendas que recorrer... bendita locura.

9â­�/10