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“Yo caminaba por las calles de Ginebra mir谩ndolo todo con recelo, como si de cada esquina fuera a salir el mounstro. La ciudad, como el mismo Borges dec铆a, parece no darse cuenta cabal de que existe, y est谩 en un pa铆s que parece pesar sobre el mundo sin sobresaltos, pero es en realidad una ciudad fant谩stica en un pa铆s que, m谩s all谩 de sus cavernas de lingotes y de su man铆a de tasar el tiempo en relojes, ha engrendrado cismas y revoluciones, convulsiones del arte y cataclismos de la fe, cerebros iluminados por tempestades el茅ctricas y obras que significaron la aniquilaci贸n de c谩nones y est茅ticas. Me dije que esa ciudad que se finge tan serena y tan cl谩sica, esa ciudad de relojes y de lingotes de oro, ocultaba detr谩s de la m谩scara su rostro verdadero de pesadillas y de cismas, y que eso la hac铆a m谩s atractiva.”
― William Ospina, El a帽o del verano que nunca lleg贸

“Quer铆a una relaci贸n, tan solo una, que fuera simple.”
― Kiersten White, The Guinevere Deception