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Libro muy necesario, en su momento y ahora, esta pequeña gran obra de Víctor Hugo fue publicada de manera anónima, el autor estaba cansado de ver como la guillotina era un espectáculo para el pueblo en el que todas los estamentos participaban. Al ver que el libro pasaba desapercibido, volvió a publicarlo con su nombre y le añadió un prefacio (SUBLIME) que podemos encontrar en las ediciones actuales, donde el autor habla claramente de lo que piensa sobre la pena de muerte, intentando sacudir las conciencias. Finalmente falleció antes de ver cumplidos sus deseos de abolición de la guillotina, cosa que sucedió (con una sociedad bastante en contra por cierto) en 1981.

Este libro nos cuenta el día día de un condenado a muerte en la prisión (y menuda prisión), nos cuenta la agonía que pasa el reo hasta el momento en que pondrán fin a su vida, está esperando su muerte con fecha y hora. Nos cuenta todos sus pensamientos, miedos, inquietudes y emociones.
El autor no nos permite juzgar a este preso en ningún momento, no sabemos qué delito ha cometido, solo pinceladas de su vida, es culto, con familia y una hija pequeña. Choca ver la falta de humanidad cuando el preso se dirige a su muerte y otras personas cerca de él van haciendo conversación (nótese la ironía: pues parece que va a llover, me voy a fumar un piti), un sinsentido este mundo.
Este libro describe muy bien la situación de los presos en Francia en aquel momento y la sociedad que reclamaba guillotina, pero realmente es un libro atemporal que nos puede hacer entender la deshumanización de los reos. Te hace pensar si lo aceptado socialmente siempre es correcto (pues no).

Muy recomendado, lectura profunda de esas que te remueven por dentro, te marcan y te hacen reflexionar.