What do you think?
Rate this book
100 pages, Hardcover
First published May 16, 1956
¡®When all is said and done, that¡¯s really what I am, having taken refuge in a desert of stones, fogs, and stagnant waters ¨C an empty prophet for shabby times, Elijah without a messiah, choked with fever and alcohol, my back up against this moldy door, my finger raised toward a threatening sky, showering imprecations on lawless men who cannot endure any judgment.¡¯
¡®To assert in any case that a man must be absolutely cut off from society because he is absolutely evil amounts to saying that society is absolutely good, and no-one in his right mind will believe this today.¡¯
¡°Una sola frase les bastar¨¢ para el hombre moderno: fornicaba y le¨ªa peri¨®dicos.¡±Termino la novela absolutamente abrumado por la cantidad de ideas, de s¨ªmbolos, de im¨¢genes, tan hermosamente expresadas, tan sugerentes, tan fascinantes. Siendo un libro tan breve, pr¨¢cticamente lo he subrayado entero.
¡°?No nos hallamos siempre frente a las mismas preguntas, aunque sepamos de antemano las respuestas?¡±
¡°?Sabe usted que en mi aldea, en el curso de una acci¨®n de represalia, un oficial alem¨¢n pidi¨® cort¨¦smente a una anciana mujer que tuviera a bien elegir de entre sus dos hijos al que habr¨ªa de ser fusilado?¡±?l tampoco se salva de este retrato. Tras describirse as¨ª mismo en el pasado como un ser humano admirable, un abogado preocupado por ayudar a los d¨¦biles, por perseguir las injusticias, alabado y respetado por todos¡
¡°¡lo importante era que yo estaba en el lado bueno y eso bastaba para lograr la paz de mi conciencia. El sentimiento del derecho, la satisfacci¨®n de tener raz¨®n, la alegr¨ªa de poder estimarse uno mismo¡ Gozaba de mi propia naturaleza y todos sabemos que en eso estriba la felicidad¡¡±¡ confiesa que sus motivaciones son mucho m¨¢s oscuras y que su conciencia, en forma de una risa fantasmal empez¨® a acosarle sin tregua. Un inesperado encuentro con una suicida en un puente del Sena ¡ª La ca¨ªda¡ª desencadenar¨¢ todo un cataclismo emocional.
¡°Verdad es que me hallaba satisfecho de todo. Pero al mismo tiempo, satisfecho de nada. Cada alegr¨ªa me hac¨ªa desear otra¡Y as¨ª corr¨ªa yo, siempre colmado, nunca saciado, sin saber d¨®nde detenerme. Hasta un d¨ªa, o mejor dicho, hasta una noche en que la m¨²sica se interrumpi¨® de pronto y las luces se apagaron. La fiesta en la que yo hab¨ªa sido feliz ...¡±No solo empez¨® a lidiar con la culpa y la verg¨¹enza ¨ªntima, tambi¨¦n, y sobre todo, deb¨ªa enfrentarse al juicio ajeno.
¡°¡me sent¨ªa vulnerable y entregado a la acusaci¨®n p¨²blica. A mis ojos, mis semejantes dejaban de constituir el auditorio respetuoso al que estaba acostumbrado. El c¨ªrculo del que yo era centro se quebraba y ellos se colocaban todos en una sola l¨ªnea como en el tribunal. A partir del momento que tuve conciencia de que en m¨ª hab¨ªa algo que juzgar, comprend¨ª que en ellos hab¨ªa una vocaci¨®n irresistible de ejercer el juicio¡el universo entero se puso a re¨ªr alrededor de m¨ª.¡±Jean-Baptiste, que no se llama as¨ª por casualidad, anunciar¨¢ la buena nueva, la salvaci¨®n del hombre, cuando en realidad solo se?ala los peligros de su actitud, su desprop¨®sito: un totalitarismo en el que descargar toda culpa. Jean-Baptiste es un hombre que reniega de la libertad por lo que implica de responsabilidad y, por tanto, de dolor.
¡°Al cabo de toda libertad hay una sentencia. Aqu¨ª tiene usted la raz¨®n de que la libertad sea una carga demasiado pesada¡ Lo esencial es que se nos mande cada acto, que el bien y el mal se nos designen de manera arbitraria y por lo tanto evidente¡ Para qui¨¦n est¨¢ solo, sin dios y sin amo, el peso de los d¨ªas es terrible.¡±Y, por si ello no bastara, se aferra a la opci¨®n c¨ªnica, esto es, extender la culpa a todo el mundo, diluirla en la multitud, procurando, adem¨¢s, que todos la reconozcan y as¨ª contrarrestar los juicios a los que ¨¦l es sometido adquiriendo el derecho a juzgar a su vez.
¡°Cada hombre da testimonio del crimen de todos los otros; ¨¦sa es mi fe y mi esperanza.¡±Una risa dio inicio a su tormento, otra risa, en este caso la de su interlocutor, lo continuar¨¢.