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997 pages, Hardcover
First published November 1, 1924
Love stands opposed to death ¨C it alone, and not reason, is stronger than death. Only love, and not reason, yields kind thoughts.
¡our interest in death and illness is nothing but a way of expressing an interest in life¡
When he was done, he said, ¡®You may leave.¡¯
Hans Castorp stammered, ¡®You mean¡but how can that be? Am I cured?¡¯
¡®Yes, you¡¯re cured [¡]. As far as I¡¯m concerned, you may leave.¡¯
¡®But, Director Behrens. You¡¯re not really serious, are you?¡¯
The night of its pubic region built a mystic triangle with the steaming pungent darkness of the armpits, just as the red epithelial mouth did with the eyes, or the red buds of the breast with the vertically elongated navel.
¡®Did you know that the great Plotinus is recorded to have said that he was ashamed to have a body?¡¯ Settembrini asked, and with such earnest expectation of an answer that Hans Castorp found himself forced to admit that this was the first he had heard of it.
¡®There are so many different kinds of stupidity, and cleverness is one of the worst. Hello! Why, I think I¡¯ve just coined a phrase, a bon mot. How do you like it?¡¯
They carried everything to extremes, these two...and squabbled fiercely over the most extreme choices, whereas it seemed to him that what one might, in a spirit of conciliation, declare truly human or humane had to lie somewhere in the middle of this intolerant contentiousness, somewhere between rhetorical humanism and illiterate barbarism.
¡°?Qu¨¦ audacia descender a las profundidades, el mundo insignificante y absurdo de los muertos!¡±Pues s¨ª, se?oras y se?ores, la muerte es el final de la pel¨ªcula que protagonizamos todos y cada uno de nosotros, perdonen el spoiler. Y aunque afortunadamente vivimos buena parte de nuestra vida de espaldas a ese desenlace seguro, la muerte nos constituye y nos condiciona como especie y como individuos. Nada m¨¢s lejos de la verdad esta sentencia de Epicuro que el autor incluye en su novela.
¡°Mientras existimos nosotros, no existe la muerte, y, cuando existe la muerte, no existimos nosotros; por consiguiente, no hay ninguna relaci¨®n real entre la muerte y nosotros; la muerte es algo que no nos ata?e absolutamente en nada.¡±¡°La monta?a m¨¢gica¡± nos acerca a la muerte, y no solo por lo que se tarda en su lectura. La muerte est¨¢ presente a lo largo de toda la novela, aunque su funci¨®n no sea otra que prepararnos para la vida. Mann nos viene a decir que la aut¨¦ntica salud solo puede conseguirse tras el enfrentamiento con lo que supone la enfermedad y la muerte. Pero tambi¨¦n habita en esta monta?a una ¡°magia del desvar¨ªo¡± catalizadora del cambio de naturaleza que se produce en las personas que all¨ª suben y que corren el peligro de conformar una nueva patria que les expulsar¨¢ de la otra, la sana f¨ªsicamente, la cruel y vana.
¡°Hay un estado de buena salud que no nos permite comprenderlo todo¡± Andr¨¦ Guid¨¦.Como si de un cuento se tratara, esos que se cuentan a los ni?os para ayudarles con sus miedos, Mann nos presenta a Castorp, hu¨¦rfano de padre y madre, a los que apenas conoci¨®, que, tras sondear ¡°abismos que en otros tiempos se encontraban insondables¡±, a trav¨¦s de un ¡°camino pedregoso, salvaje y amenazador¡± llega a un mundo parecido al conocido pero sustancialmente distinto, el sanatorio en el que su primo se recupera de una enfermedad que puede ser mortal. La visita de tres semanas acabar¨¢ por durar siete a?os.
"A veces pienso que estar enfermo y morir no son algo tan serio, sino una especie de paseo sin rumbo; en realidad, las cosas serias no se encuentran m¨¢s que en la vida de all¨¢ abajo.¡±Sabremos de la humillaci¨®n que supone la enfermedad, de la crueldad de la naturaleza en consentirla, de la soberan¨ªa sobre nosotros que el cuerpo adquiere y, por ¨²ltimo, lo m¨¢s importante quiz¨¢s de la novela, de la enfermedad como anestesia, como obst¨¢culo para la actividad y la lucha, la enfermedad como aristocracia, como equivocada fuente de dignidad. Los enfermos establecer¨¢n en la monta?a una comunidad de elegidos viviendo en un espacio sin tiempo y a salvo de las otras fiebres que sufren los del mundo de all¨ª abajo.
¡°Aquellos cuyo destino justificaba la excepcional necesidad de consuelo, aquellos que hab¨ªan hecho un pacto interior con la naturaleza en el que renunciaban a las alegr¨ªas y desgracias de la vida en el mundo de all¨¢ abajo a cambio de otra vida, marcada por la apat¨ªa y la inercia pero muy, muy f¨¢cil y placentera, tan libre de preocupaciones que hasta anulaba el sentido del tiempo.Todo lo dicho hasta ahora justifica el que haya mantenido tres de las cuatro estrellas que los m¨ªticos recuerdos de mi primera lectura, all¨¢ por el pleistoceno, me animaron a otorgarle en el momento en el que inici¨¦ mi andadura por estos mundos goodreadsianos. Aunque tambi¨¦n he de decir que una de las tres estrellas que permanece en mi calificaci¨®n casi se debe en exclusiva al cap¨ªtulo titulado Nieve, espl¨¦ndido.
¡°N: No creo equivocarme al suponer que estamos de acuerdo en admitir un estado original e ideal de la humanidad, un estado sin organizaci¨®n social y sin violencia, un estado de uni¨®n directa de la criatura con Dios en el que no exist¨ªan el poder ni la servidumbre, no exist¨ªan la ley ni el castigo, ni la injusticia, ni la uni¨®n carnal, ni la diferencia de clases, ni el trabajo ni la propiedad; tan s¨®lo la igualdad, la fraternidad y la perfecci¨®n moral.En fin, otro encuentro algo decepcionante con aquel lector que fui.
S: Estoy de acuerdo excepto en el punto de la uni¨®n carnal.¡±
"But he who knows the body, who knows life, also knows death. Except that's not the whole thing - but merely a beginning, pedagogically speaking. You have to hold it up to the other half, to its opposite. Because our interest in death and illness is nothing but a way of expressing an interest in life..."
"...All the rest is either topical trash or what some call the Literature of Ideas, which very often is topical trash coming in huge blocks of plaster that are carefully transmitted from age to age until somebody comes along with a hammer and takes a good crack at Balzac, at Gorki, at Mann."
Ah yes, irony! Beware of the irony that flourishes here, my good engineer.