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120 pages
First published January 1, 1943
?Dac? vrei s? ?tii, a fost o ne?n?elegere. ?i dac? ai cunoa?te c?t de c?t lumea, nu te-ai mira¡± (Martha).
¡°¡la vida es m¨¢s cruel que nosotras. Quiz¨¢ por eso me cuesta sentirme culpable.¡±Una gran obra, dura y pesimista que ahonda en el absurdo que surge entre el fuerte deseo que toda criatura tiene de vivir y la falta de fundamentos s¨®lidos de esa vida, en la b¨²squeda infructuosa de esos fundamentos, en la terca esperanza de encontrarlos, en la posibilidad de crearlos a nuestra conveniencia, en la fatalidad y la dejaci¨®n de responsabilidades, en la indiferencia, en la muerte del deseo, en la culpa, y en la opci¨®n, siempre presente y disponible, de dejar de vivir y hasta de existir.
¡°¡ los hombres nunca saben c¨®mo se quiere de verdad. Nada los satisface. Lo ¨²nico que saben es so?ar, imaginar nuevos deberes, buscar nuevos pa¨ªses y nuevas moradas¡ Cuando se quiere, no se sue?a con nada.¡±No es dif¨ªcil imaginarse el desenlace.
¡°Ruegue a su dios que la haga semejante a la piedra. Es la felicidad que ¨¦l se asigna, la ¨²nica felicidad verdadera. Haga como ¨¦l, vu¨¦lvase sorda a todos los gritos, sea como la piedra mientras hay tiempo. Pero si se siente demasiado cobarde para entrar en esta paz ciega, entonces venga a reunirse con nosotros en nuestra morada com¨²n. ?Adi¨®s, hermana m¨ªa! Todo es f¨¢cil, ya lo ve. Tiene que elegir entre la est¨²pida felicidad de los guijarros y el lecho viscoso donde la esperamos.¡±
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